Stefanos Tsitsipas y Alexander Zverev cargan el rótulo de las futuras estrellas del tenis. Ambos han rozado la conquista de títulos de Grand Slam.
Ahora, los dos veinteañeros se toparán por una plaza en la final del Abierto de Francia tras anotarse sendas victorias de sets corridos en los cuartos de final.
Será el cruce más precoz de las semifinales masculinas en Roland Garros desde que dos individuos llamados Rafael Nadal y Novak Djokovic se midieron en 2008.
Quinto cabeza de serie en París, el griego Tsitsipas alcanzó su cuarta semi de un grande — y la tercera seguida — luego de derrotar 6-3, 7-6 (3), 7-5 al ruso Daniil Medvedev, el número dos del mundo, en la cancha Philippe Chatrier. Fue la última sesión nocturna sin espectadores del torneo de este año.
“Es un privilegio encontrarme en esa posición, siento que el trabajo fuerte todos los días ha sido un factor clave para estar aquí”, afirmó Tsitsipas. “Pero mi ego me pide más”.
Asimismo, previo al Abierto de Francia, lo más lejos que Tamara Zidansek había estado en un Grand Slam era la segunda ronda.
Ahora, la jugadora que llegó al tenis procedente del mundo del esquí, acaba de convertirse en la primera mujer de Eslovenia que alcanza las semifinales de una de las grandes citas.
La número 85 del ránking doblegó 7-5, 4-6, 8-6 a la española Paula Badosa en el Slam que se juega en superficie de arcilla.
“Es algo abrumador”, manifestó Zidansek, tres veces campeona nacional de snowboarding juvenil en Eslovenia.
Su siguiente rival será la rusa Anastasia Pavlyuchenkova, otra que se bautizará en las semifinales de un grande.
Pavlyuchenkova emergió victoriosa de un tenso duelo frente a Elena Rybakina, su compañera de dobles, imponiéndose 6-7 (2), 6-2, 9-7. La 31a. cabeza de serie perdió en esta misma instancia hace 10 años en Roland Garros y tenía récord de 0-6 en la ronda de cuartos de los Grand Slam antes de presentarse a la pista.
Tsitsipas supo levantar dos bolas de set ante Medvedev, finalista de dos grandes, con el marcador 5-4 en el segundo parcial. Pero si acaso debió exigirse más que Zverev, el finalista del Abierto de Estados Unidos. El alemán despachó 6-4, 6-1, 6-1 a Alejandro Davidovich Fokina, un español de 22 años que figura 46o. en el ránking.
Zverev, sexto cabeza de serie, disputará su tercera semi en un Slam, la primera en París.
Tsitsipas tiene 22 años y Zverev 24. Ambos presumen de títulos de Masters 1000 en tierra batida este año. Ambos se han consagrado campeones de la Copa Masters de fin de temporada. Ambos ambicionan — de hecho se espera de ellos — ganar uno de los cuatro grandes trofeos del tenis.
“Los Grand Slams son los torneos que más queremos ganar”, expresó Zverev. “Antes, quizás, en los últimos años, me metía demasiada presión. Antes que Medvedev y Tsitsipas entraron en escena, se me veía como este tipo que de la nada iba a ser el mandamás del tenis mundial”. “No era muy paciente conmigo y ahora siento que, quizás, ya sé cómo lidiar con la situación, un poco mejor”, añadió.
Demostró esa virtud en un momento clave el martes.
Zverev no podía creer que Davidovich Fokina pudo salvar una bola de quiebre con una pelota que cayó — ¿si acaso cerca? en la raya del cuarto juego.
Zverev se agachó cerca de la marca en la arcilla roja y se puso a discutir con Alison Hughes, la jueza de silla. “¡No!” y “¿Cómo?”, vociferó reiteradamente.
Hughes, cuya decisión fue avalada por las imágenes no oficiales de la televisión, no cedió y Zverev perdió ese juego, y también el siguiente para rezagarse. Pudo haber sido el inicio de un desmoronamiento.
Superado el enojo por la decisión de la jueza, al cabo de apenas 20 minutos de acción, Zverev dominó a placer frente a un rival muy habilidoso para soltar pelotas en corto.
Luego de sufrir tres quiebres de servicio en el primer set, Zverev nada más lidió con un punto de quiebre en el resto del duelo.
Zverev comenzó este Abierto de Francia a los tumbos la semana pasada. Perdió los primeros sets ante Oscar Otte, un rival surgido de la fase previa. Pero no ha cedido ninguno más desde que completó una remontada en cinco sets ante Otte y lleva 15 mangas ganadas en sucesión.
Tsitsipas sentenció su victoria con un “passing shot” en la devolución luego que Medvedev subió a la red tras arriesgar con un saque por debajo del brazo con una bola de partido.
“No funcionó para nada”, apuntó Medvedev.
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