Lionel Messi se despidió este domingo entre lágrimas del FC Barcelona, en una conferencia de prensa en la sede del club del que, dijo, nunca imaginó que tendría que irse.
Su esposa Antonella Roccuzzo, sus tres hijos, sus compañeros, su entrenador Ronald Koeman y la directiva del club le arroparon en su última comparecencia como jugador del club al que llegó con 13 años, para despedirse con 34 y 35 títulos en el bolsillo.
"Me hubiera gustado despedirme de otra manera: nunca imaginé mi despedida porque la verdad es que no lo pensaba", afirmó, asegurando que aún no conoce su destino pero que el París Saint-Germain francés "es una posibilidad".
La conferencia arrancó y concluyó con una larga ovación de la prensa y el resto de asistentes, y al lado del estrado, en el que Messi estuvo solo, figuraban los 35 títulos conquistados por el capitán y mejor jugador de la historia del club.
"Hace 16 años que estoy en el primer equipo. Empezar de cero, cambiar... es un cambio duro para mi familia", dijo el jugador de 34 años, estimando resignado que hay que "aceptarlo, asimilarlo y arrancar otra vez".
"Me voy con mi mujer, con tres catalanes argentinos, no puedo estar más orgulloso", sentenció.
"Después de unos años vamos a volver, porque esta es nuestra casa", afirmó, asegurando que se lo había prometido a sus hijos, Mateo, Thiago y Ciro.
La comparecencia tuvo lugar cuatro días después de que el Barcelona asegurara que no podía permitirse seguir reteniéndolo.
"Hice todo lo posible por quedarme y no se pudo. No tengo más nada que decir", sentenció Messi, evitando reproches a la directiva del club, pero negando que rechazara bajarse más el sueldo.
"Yo había bajado en 50 por ciento mi ficha, habíamos cerrado el contrato, y después no se me pidió más nada", aseguró.
Edición: Emilio Gómez
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