Martha Liria Sepúlveda será la primera persona que no padece una enfermedad terminal y que recibirá el suicidio asistido en Colombia, gracias a las leyes que avalan la aplicación de la eutanasia para quienes decidan morir dignamente.
Sin embargo, la iglesia católica no acepta esta decisión y la exhorta a reflexionar bajo el argumento de que “la muerte no puede ser la respuesta terapéutica al dolor y al sufrimiento en ningún caso”.
Incluso, en Riohacha, Colombia, se realizará una misa el sábado 9 de octubre para pedir que la mujer cambie de decisión.
El próximo domingo 10 de octubre Martha morirá gracias una sentencia expedida por la Corte Constitucional que garantiza el derecho fundamental a morir dignamente, informó el medio colombiano Noticias Caracol.
La mujer decidió solicitar la eutanasia porque padece esclerosis lateral amiotrófica que le produce dolor muy intenso.
La Corte de Colombia acepta la eutanasia si el procedimiento es realizado por un médico bajo el consentimiento libre e informado de la persona que la solicita, quien, aunque no padezca una enfermedad terminal, debe presentar alguna afección física o síquica incurable.
Martha declaró a Noticias Caracol que a pesar de ser religiosa no considera que su decisión sea un pecado porque está segura de que dios no la quiere ver sufrir.
Sin embargo, Francisco Antonio Ceballos Escobar, obispo de Riohacha, le escribió una carta para invitarla a, como Jesuscrito, aceptar el dolor.
“La muerte propiciada mediante el suicidio asistido o la eutanasia no resulta compatible con nuestra interpretación de la dignidad de la vida humana, como sí lo es la utilización de los cuidados paliativos”, se lee en la misiva del obispo.
La familia de Martha aplaude su decisión pues asegura que la calidad de vida de la mujer no era la adecuada.
También te puede interesar:
Colombia, el único país de Latinoamérica que permite la eutanasia
Jóvenes que con mente, cuerpo y corazón, alcanzan la cima de diferentes Everest
Margarita Robleda Moguel
La manifestación dividió al personal del instituto; unos señalaron la gestión del subdirector y otros lo respaldaron
La Jornada
