Un estudio realizado por especialistas del Laboratorio de Ornitología de Cornell y del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales descubrió que algunos ejemplares de colibríes hembras usan los mismos patrones de colores que los machos para evitar así comportamientos masculinos agresivos que generalmente se presentan durante la alimentación.
El estudio, publicado en la revista científica Current Biology explica que la observación de colibríes jacobinos de cuello blanco en Panamá permitió identificar que más de una cuarta parte de las hembras usa este mecanismo de defensa.
Las colibríes presentaban colores llamativos, característicos de los ejemplares machos, probablemente para evitar los picotazos y golpes durante el proceso de alimentación.
Los colibríes jacobinos de cuello blanco machos tienen colores brillantes y llamativos y sus cabezas son azules iridiscentes con colas brillantes y vientres blanco, mientras que las hembras tienen colores verdes, grises y negros más opacos.
La teoría de que el cambio de color era para evitar la agresión surgió a raíz de un estudio con colibríes disecados en los comederos para estudiar la interacción de los ejemplares vivos con ellos y se demostró que estos acosaron principalmente a las hembras de colores apagados.
El estudio determinó que las hembras presentaban colores llamativos especialmente en el periodo en el que no buscan pareja.
“El color del plumaje de las hembras también pareció afectar el comportamiento de búsqueda de alimento y, por lo tanto, probablemente la aptitud... los comportamientos de alimentación mostraron que las hembras androcromo (con colores de macho) tenían un mayor acceso a los recursos alimenticios, probablemente como resultado de la reducción del acoso social en los comederos. La competencia social por el acceso a los recursos alimentarios puede, por lo tanto, ser el principal impulsor de la ornamentación en las hembras de jacobines de cuello blanco y otras especies de colibríes”, destaca el estudio.
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