La cifra de víctimas mortales por los devastadores deslaves e inundaciones en una región montañosa del estado de Río de Janeiro alcanzó las 105 personas, confirmó el gobernador Claudio Castro.
La ciudad de Petrópolis fue azotada por un diluvio el martes, y Castro dijo que casi 400 personas se quedaron sin hogar. Los rescatistas buscaron entre los escombros todo miércoles y más de 25 personas fueron rescatadas con vida.
Pero al tiempo que las familias se preparaban para enterrar a sus muertos, el jueves seguía sin estar claro cuántos cuerpos continúan atrapados en el lodo.
Los civiles ayudaban en las tareas de recuperación. Entre ellos estaba Priscila Neves, quien junto con sus hermanos hurgaba entre el lodo, buscando a sus padres, pero sólo encontraban ropa. Neves dijo a The Associated Press que no tiene esperanzas de encontrar vivos a sus padres.
Rosilene Virgilio, de 49 años, lloraba el miércoles al recordar las súplicas de auxilio de una mujer a la que no pudo salvar.
“Ayer había una mujer gritando ‘¡Ayuda! ¡Sáquenme de aquí!’ Pero no pudimos hacer nada, el agua salía a presión, el lodo salía a presión”, contó a The Associated Press. “Por desgracia, nuestra ciudad está acabada”.
Petrópolis es una ciudad de influencia alemana que lleva el nombre de un antiguo emperador brasileño. Ubicada en las montañas sobre la metrópolis costera, durante casi dos siglos ha sido un refugio para las personas que escapan del calor del verano y para los turistas deseosos de explorar la “Ciudad Imperial” de Brasil.
Petrópolis fue una de las primeras ciudades planificadas del país y cuenta con casas señoriales a lo largo de sus canales. Pero su población ha crecido de forma desordenada, yendo a las laderas de las montañas, que ahora están cubiertas de pequeñas residencias apiñadas. Muchas de ellas se encuentran en zonas no aptas para las estructuras y se han vuelto más vulnerables por la deforestación y el drenaje inadecuado.
En las últimas décadas han ocurrido catástrofes similares en la región montañosa, incluida una que causó más de 900 muertes. Desde entonces, Petrópolis presentó un plan para evitar deslaves, pero las obras han avanzado lentamente.
El Departamento de Bomberos de Río dijo el martes por la noche que en la zona cayeron 25,8 centímetros (algo más de 10 pulgadas) de lluvia en cuestión de tres horas, casi tanto como en los últimos 30 días combinados. La agencia de Protección Civil de Petrópolis informó que se pronostican lluvias moderadas para la tarde y la noche del miércoles.
Autoridades de Río de Janeiro anunciaron que estaban reuniendo toda la maquinaria pesada disponible para ayudar en las excavaciones, mientras elementos del Ejército ya estaban trabajando en la región afectada, donde hubo más de 900 muertes por las fuertes lluvias en enero de 2011. Unos 180 bomberos laboran desde la noche de ayer en el sitio.
Imágenes publicadas en redes sociales mostraban autos y viviendas arrastrados por los deslaves y una fuerte corriente de agua en Petrópolis y en distritos próximos. La cadena de televisión Globo mostró casas enterradas bajo el lodo en áreas a las que los bomberos aún no habían podido acceder.
Varias calles permanecían inaccesibles el miércoles debido a la acumulación de autos y enseres domésticos, bloqueando el acceso a las partes más altas de la ciudad.
“Los vecinos bajaron corriendo y yo les di cobijo”, dijo a la AP Emerson Torre, de 39 años y propietario de un bar.
Pero con el torrente de agua, el techo se vino abajo. Logró sacar a su madre y a otras tres personas del bar a tiempo, aunque un vecino y su hija no pudieron huir.
“Fue como una avalancha, cayó todo de golpe. Nunca había visto nada igual”, afirmó Torre mientras los helicópteros de rescate sobrevolaban el lugar. “Todos los vecinos han pedido a un ser querido, han perdido a dos, a tres, a cuatro miembros de la familia, niños”.
El Ayuntamiento de Petrópolis declaró tres días de duelo. El presidente brasileño Jair Bolsonaro expresó su solidaridad durante su visita a Rusia, al igual que su homólogo Vladimir Putin.
El sureste de Brasil se ha visto azotado por las intensas lluvias desde comienzos de año, con más de 40 muertes en incidentes registrados en la región de Minas Gerais a principios de enero y en Sao Paulo más tarde ese mes.
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Se desconocen la identidad de los lesionados y los detalles del hecho
La Jornada