Viven 2 mil millones de personas en entornos anti LGBTTTI: ONU Mujeres

Carolina Gómez Mena

En el Día internacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Transfobia, Bifobia e Intersexofobia, ONU Mujeres destacó que se calcula que dos mil millones de personas viven en entornos en los que las personas LGBTIQ+ son tratadas como delincuentes.

“Sólo un tercio de los países protege a las personas de la discriminación por su orientación sexual; sólo una décima parte protege a las personas trans de la discriminación por su identidad de género, y menos de uno de cada 20 protege a las personas intersexuales de la discriminación”.

Aparte, Nadine Gasman, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) señaló a La Jornada que dichas actitudes generan un “caldo de cultivo para el odio”, además de que refuerzan estereotipos.

En entrevista durante el “Diálogo Nacional sobre el proyecto de Recomendación General 39 del Comité Cedaw: mujeres y niñas indígenas”, especificó que existe un esfuerzo importante para visibilizar a las mujeres lesbianas, trans y bisexuales, y sobre todo luchar contra la homo, lesbo, trans y bifobia, porque "realmente no deberían tener lugar en nuestras sociedades. Limitan derechos y son formas de violencia. Hacen que las persona se sientan excluidas por su orientación e identidad sexual”.

Guillermo Fernández-Maldonado Castro, representante de la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos indicó que los integrantes de la comunidad LGBTI+, “solo están pidiendo ser tratados como seres humanos con los mismos derechos que cualquier otra persona”.

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En el mismo acto, remarcó que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, establece que “todos los seres humanos somos iguales en dignidad y derechos, en todo lo demás felizmente somos distintos, no puede haber ningún tipo de discriminación ni por raza ni por orientación política ni por orientación sexual. Al contrario debemos adoptar las medidas necesarias para que todas las personas, sin discriminación gocen en igualdad de derechos, y eso no sucede con el colectivo LGBTI+”.

El Inmujeres recordó que el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desclasificó la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales. “Por este motivo desde el 2004, en ésta fecha, se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia,Transfobia y Lesbofobia”.

Este día tiene como principal objetivo coordinar todo tipo de acciones que sirvan para denunciar la discriminación y las dificultades que tienen las personas de la comunidad LGBTTI+ para ejercer sus derechos.

ONU Mujeres indicó que “se solidariza con todas las personas de diversas orientaciones sexuales, identidades de género, expresiones de género y características sexuales (SOGIESC por sus siglas en inglés).

“Reconocemos que los derechos de las personas LGBTIQ+ dependen de la toma de decisiones autónomas sobre asuntos relacionados con el propio cuerpo y la salud. En muchos contextos, estos derechos siguen siendo inaccesibles”.

Expuso que en el mundo, las personas LGBTIQ+ sufren habitualmente abusos, persecución y vigilancia, desde la escala interpersonal hasta la política. “La intensificación de las medidas coercitivas y la erosión del espacio cívico, junto con las políticas discriminatorias, han hecho que incluso la visibilidad de las personas LGBTIQ+ sea un delito.

“Los conflictos armados y los efectos actuales de la pandemia del Covid-19 y el cambio climático han agravado aún más estas injusticias. En el último año, un número creciente de leyes y políticas han criminalizado y estigmatizado la diversidad de género. Para las personas LGBTIQ+ con bajos ingresos, jóvenes, con discapacidad, negras, indígenas o de color, estas amenazas a la autonomía corporal se experimentan junto con otras formas de discriminación y marginación”.

Al mismo tiempo, se han producido importantes avances en todas las regiones. Entre ellos se encuentran el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva para las personas LGBTIQ+; la prohibición de las denominadas terapias de conversión; la introducción de marcadores de género no binarios y de procedimientos para rectificar el género en documentos oficiales; la continua eliminación de las restricciones a las relaciones entre personas del mismo sexo; el matrimonio igualitario; y las referencias pioneras a la orientación sexual y la identidad de género en los acuerdos multilaterales.

“Estos avances son aliento y se hace un llamado a todos los Estados miembros que hagan más por proteger y promover estos derechos humanos fundamentales.

Una de las principales formas de lograrlo es sumar a la Coalición para la Acción de la Autonomía Corporal y la Salud Sexual y Reproductiva de Generación Igualdad, que reafirma un compromiso multilateral con la autonomía corporal de las personas LGBTIQ+.

Cuando las personas LGBTIQ+, en particular las mujeres, las niñas y las personas con diversidad de género, pueden tomar decisiones sobre sus cuerpos y sus vidas libres de violencia, discriminación o coerción pueden desarrollar todo su potencial y vivir libremente y con dignidad.

Edición Astrid Sánchez