Desmarques, recuperaciones, despejes y pases con criterio.
Antoine Griezmann lo hizo todo con Francia ayer y ahora disputará su segunda final de la copa mundial.
Todo terreno, Griezmann tuvo momentos excepcionales en ambas áreas para que los galos derroten 2-0 a Marruecos en la semifinal disputada en el estadio Al Bayt.
Fue una demostración completa de un talentoso jugador, quien se reinventó en el mundial de este año. Y ahora intentará negarle a Lionel Messi, su ex compañero en el Barcelona, su primer título de copa mundial.
“Contra Argentina será diferente, con Messi enfrente será completamente diferente”, advirtió Griezman. “Conocemos a Messi, pero tienen detrás un grupo que va a muerte con él. Es un grupo que funciona muy bien como el nuestro”.
Griezmann jugó como extremo en el mundial de 2014 y fue una amenaza anotadora con Francia en su paso para ganar el título en 2018. Ahora juega de centrocampista, creando oportunidades para sus compañeros y defendiendo ante los embates de sus rivales.
Un perfecto desmarque suyo sorprendió a la defensa marroquí para mandar el balón al corazón del área y propiciar el primer gol. Theo Hernández fue el beneficiado al definir de media tijera tras aprovechar un rechace cuando apenas habían transcurrido cinco minutos.
Cuando Marruecos asedió al conjunto galo en la segunda parte, Griezmann colaboró con vigor en las tareas defensivas.
Griezmann se ha convertido en el perfecto ejemplo de la evolución de Francia tras 10 años bajo el mando de Didier Deschamps.
Edición: Ana Ordaz
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