Los proyectiles rusos asolaron el sábado la ciudad ucraniana de Jersón, matando al menos a 10 personas e hiriendo a otras 55 en la ciudad que las tropas de Moscú se vieron obligadas a abandonar el mes pasado.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, quien recién regresó de un rápido viaje a Washington, publicó en sus cuentas en las redes sociales fotos de los daños causados. Destacó que la destrucción estaba ocurriendo justo cuando los ucranianos empezaban a celebrar la Navidad, que para muchos cristianos ortodoxos culminará en la tradicional celebración del 7 de enero.
“Esto no es contenido delicado, es la vida real para Jersón”, tuiteó Zelenskyy. Mostró imágenes de automóviles incendiados, cadáveres en las calles y ventanas reventadas.
El gobernador de la región de Jersón, Yaroslav Yanushevych, declaró por televisión que la cifra de fallecidos había subido de siete a 10.
Añadió que 55 personas resultaron heridas, 18 de gravedad. Yanushevych dijo que decenas de personas, incluida una niña de 6 años, resultaron heridas por los ataques rusos el día anterior.
El sábado se cumplieron 10 meses del inicio de la invasión rusa.
Ucrania ha sufrido una intensa ola de ataques rusos con artillería, misiles, explosivos y drones desde inicios de octubre, en gran parte contra la infraestructura del país a fin de privarlo de electricidad y calefacción justo al comenzar el invierno. Los cañoneos han sido particularmente intensos en Jersón desde que las fuerzas ucranianas liberaron la ciudad en noviembre.
Más temprano el sábado, el gobernador regional de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, dijo que dos personas murieron y cinco resultaron heridas en los cañoneos del día anterior. Las muertes se produjeron en Kurakhove, una ciudad de unos 20 mil habitantes situada a 30 kilómetros al oeste de la ciudad de Donetsk, controlada por Rusia.
Alrededor de 60 proyectiles alcanzaron tres comunidades durante la noche en el área de Nikopol, dijo el gobernador regional de Dnipropetrovsk, Valentyn Reznichenko.
Stepne, un asentamiento en las afueras de Zaporiyia, también fue alcanzado por los cañoneos, pero no hubo detalles sobre las víctimas, según el gobernador, Oleksander Starukh.
Zelenskyy regresó a Kiev luego de un viaje a Washington en el que aseguró otro paquete de ayuda militar de mil 800 millones de dólares.
El viernes, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que la guerra terminaría en la mesa de negociaciones una vez que la “operación militar especial” logre los objetivos de Rusia. Advirtió que ningún plan de paz ucraniano podrá tener éxito sin tener en cuenta “las realidades de hoy que no se pueden ignorar”, una referencia a la demanda de Moscú de que Ucrania reconozca la soberanía rusa sobre la península de Crimea, que se anexionó en 2014, así como otras conquistas territoriales.
Edición: Laura Espejo
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