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Efe
07/04/2025 | Brasilia, Brasil
Unos 8 mil indígenas de la Amazonía y Oceanía se manifestaron este lunes en Brasilia para exigir que sus líderes tengan "igual voz y poder" que los jefes de Estado en la COP30 sobre cambio climático, que se celebra en noviembre en Brasil.
Con sus vestimentas tradicionales y pinturas corporales, unos 200 pueblos se presentaron al ritmo de maracas y tambores, levantando una polvareda a pocos kilómetros de las sedes de los poderes estatales brasileños.
El llamado Campamento Tierra Libre es organizado anualmente desde 2004 por la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib) y el próximo viernes se reunirán con autoridades de los tres poderes del Estado y permanecerán en "asamblea permanente".
Delegaciones de Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa, Panamá, Surinam y Venezuela, así como representantes de Australia, Fiji y otras naciones oceánicas, se sumaron este año al encuentro anual de los pueblos originarios brasileños, Campamento Tierra Libre.
La cita cobra una relevancia especial rumbo a la conferencia de la ONU contra el calentamiento global, la COP30, que se celebrará entre el 10 y el 21 de noviembre en la ciudad amazónica de Belém (norte).
"Exigimos que los líderes de las comunidades indígenas y locales tengan igual voz y poder que los jefes de Estado en la COP30, con la misma legitimidad, poder de decisión y respeto que las representaciones de los países", afirmó la jefa indígena brasileña Alana Manchineri en una declaración conjunta de los pueblos asistentes.
Los pueblos originarios también demandan "financiación directa" para preservar la naturaleza y "compensación por el daño" que sufren.
"En defensa de la Constitución y la vida"
La cita ha sido convocada "en defensa de la Constitución y la vida", un lema que alude a una polémica tesis jurídica conocida como Marco Temporal, que la oposición de ultraderecha logró convertir en ley en 2023, pese a que poco antes había sido declarada inconstitucional por la Corte Suprema.
Esa tesis limita los derechos de los pueblos originarios sobre las tierras a aquellas que efectivamente ocupaban al 5 de octubre de 1988, cuando se promulgó la actual Constitución.
Según los indígenas, esa legislación desconoce sus derechos ancestrales sobre territorios de los que fueron expulsados en forma violenta, tanto durante la colonización portuguesa o, como ocurre hasta hoy, por hacendados y poderosos terratenientes.
Desde hace más de un año, el Supremo promueve un proceso de conciliación a fin de encontrar una fórmula que matice el Marco Temporal, pero hasta ahora no logra los consensos necesarios.
Más allá de ese asunto puntual, los indígenas también presionarán al Gobierno del progresista Luiz Inácio Lula da Silva a fin de que se acelere la homologación de los territorios que reclaman.
La demarcación de tierras indígenas, una obligación del Estado según la Constitución, estuvo suspendida entre 2019 y 2022, durante la gestión del entonces presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, y fue retomada en 2023 pasado por el Gobierno de Lula.
De todos modos, la Apib exige más celeridad en el análisis de un centenar de procesos sobre territorios, que se sumarían a unos 600 ya reconocidos y que ocupan cerca del 14 por ciento del territorio nacional.
Lula aludió a esas quejas el pasado viernes, durante una visita al histórico cacique Raoni, de 93 años y símbolo de la lucha de los indígenas por la preservación de la Amazonía.
"Aquellos que reclaman que los indígenas tienen mucha tierra, no deben olvidar que un día tenían 100 por ciento del territorio", dijo Lula en la aldea Piaraçu, situada en la región del Xingu, en el estado de Mato Grosso.
Garantizó que su Gobierno "respeta a los pueblos indígenas y trabaja para que sus derechos sean garantizados" y subrayó el papel de los pueblos originarios y sus culturas para la protección de la Amazonía y otros biomas.
Sin embargo, escuchó críticas del propio Raoni a unos proyectos petroleros que el Estado impulsa a unos 500 kilómetros de la desembocadura del río Amazonas, en el océano Atlántico y en una zona de una enorme fragilidad medioambiental, según los ecologistas.
"Sé que usted está pensando en el petróleo que está debajo del mar frente a la Amazonía" y "creo que eso, así como está ahora, nos garantiza que haya menos contaminación y calentamiento", declaró el cacique, quien le pidió a Lula "parar de destruir y destruir".
Edición: Ana Ordaz