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Europa Press
09/06/2025 | Madrid, España
Fósiles de plantas hallados en el abdomen de un saurópodo respaldan la hipótesis, ya establecida, de que estos dinosaurios eran herbívoros, según un estudio publicado en Current Biology.
El dinosaurio, que vivió hace aproximadamente entre 94 y 101 millones de años, se alimentaba de diversas plantas y dependía casi por completo de sus microbios intestinales para la digestión.
"Nunca antes se había encontrado contenido intestinal genuino de un saurópodo, a pesar de que se conocen fósiles de saurópodos en todos los continentes y de que se sabe que el grupo abarca al menos 130 millones de años", afirma el autor principal, Stephen Poropat, de la Universidad de Curtin.
"Este hallazgo confirma varias hipótesis sobre la dieta de los saurópodos, basadas en estudios de su anatomía y comparaciones con animales actuales".
El conocimiento de la dieta de los dinosaurios es fundamental para comprender su biología y el papel que desempeñaron en los ecosistemas antiguos, afirman los investigadores. Sin embargo, se han encontrado muy pocos fósiles de dinosaurios con cololitos, o contenido intestinal preservado.
Los cololitos de los saurópodos han permanecido particularmente esquivos, a pesar de que estos dinosaurios podrían haber sido los herbívoros terrestres de mayor impacto ecológico a nivel mundial durante gran parte del Jurásico y el Cretácico, dado su gigantesco tamaño.
Debido a la falta de evidencia directa sobre su dieta, las particularidades de la herbivoría de los saurópodos, incluyendo los taxones de plantas que consumían, se han inferido en gran medida basándose en características anatómicas como el desgaste de los dientes, la morfología de las mandíbulas y la longitud del cuello.
En el verano de 2017, el personal y los voluntarios del Museo Australiano de Historia Natural de la Era de los Dinosaurios excavaron un esqueleto subadulto relativamente completo del saurópodo Diamantinasaurus matildae del Cretácico medio, hallado en la Formación Winton de Queensland, Australia. Durante el proceso, observaron una inusual capa de roca fracturada que parecía contener el cololito del saurópodo, compuesto por numerosos fósiles de plantas bien conservados.
Alimentación en grandes cantidades
El análisis de los especímenes vegetales dentro del cololito mostró que los saurópodos probablemente solo procesaban mínimamente su alimento por vía oral, dependiendo, en cambio, de la fermentación y de su microbiota intestinal para la digestión. El cololito estaba compuesto por diversas plantas, incluyendo follaje de coníferas (plantas con semillas), cuerpos fructíferos de helechos con semillas (estructuras vegetales que albergan semillas) y hojas de angiospermas (plantas con flores), lo que indica que el Diamantinasaurus se alimentaba de forma indiscriminada y en grandes cantidades.
"Las plantas en su interior muestran evidencia de haber sido cortadas, posiblemente mordidas, pero no masticadas, lo que apoya la hipótesis de la alimentación en grandes cantidades en los saurópodos", afirma Poropat.
Los investigadores también encontraron biomarcadores químicos tanto de angiospermas como de gimnospermas, un grupo de plantas leñosas productoras de semillas que incluye a las coníferas. "Esto implica que al menos algunos saurópodos no se alimentaban selectivamente, sino que comían cualquier planta que pudieran alcanzar y procesar de forma segura", añade Poropat. Estos hallazgos corroboran en gran medida las ideas previas sobre la enorme influencia que los saurópodos debieron tener en los ecosistemas de todo el mundo durante la Era Mesozoica.
Si bien no era de extrañar que el contenido intestinal contribuyera a la herbivoría y la alimentación en masa de los saurópodos, Poropat se sorprendió al encontrar angiospermas en el intestino del dinosaurio.
"Las angiospermas se volvieron aproximadamente tan diversas como las coníferas en Australia hace entre 100 y 95 millones de años, cuando este saurópodo aún vivía", afirma. "Esto sugiere que los saurópodos se adaptaron con éxito a comer plantas con flores en los 40 millones de años siguientes a la primera evidencia de la presencia de estas plantas en el registro fósil".
Con base en estos hallazgos, el equipo sugiere que el Diamantinasaurus probablemente se alimentaba tanto de plantas bajas como altas, al menos antes de la edad adulta. Como crías, los saurópodos solo podían acceder a plantas cercanas al suelo, pero a medida que crecían, también lo hacían sus opciones dietéticas viables. Además, la prevalencia de pequeños brotes, brácteas y vainas de semillas en el cololito implica que el subadulto Diamantinasaurus se alimentaba de las nuevas porciones de crecimiento de coníferas y helechos con semillas, que son más fáciles de digerir.
Según los autores, la estrategia de alimentación masiva indiscriminada parece haber sido beneficiosa para los saurópodos durante 130 millones de años y podría haber permitido su éxito y longevidad como clado. A pesar de la importancia de este descubrimiento, Poropat señaló algunas salvedades.
"La principal limitación de este estudio es que el contenido intestinal de los saurópodos que describimos constituye un único punto de datos", explica.
"Este contenido intestinal solo nos informa sobre la última o varias comidas de un solo individuo saurópodo subadulto", afirma Poropat.
Desconocemos si las plantas preservadas en nuestro saurópodo representan su dieta típica o la de un animal estresado. Tampoco sabemos hasta qué punto las plantas presentes en el contenido intestinal son indicativas de saurópodos juveniles o adultos, ya que el nuestro es un subadulto, y desconocemos cómo la estacionalidad pudo haber afectado la dieta de este saurópodo, finaliza.
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Edición: Estefanía Cardeña
