Dijo que vio a un hombre sujetándose el estómago y tambaleándose antes de caer inmóvil junto a un coche. Sisco se apartó de la ventana mientras continuaban los disparos.
“Media hora después del incidente, empecé a temblar porque me di cuenta de que podría haber estado allí”, dijo. “Ahí es exactamente adonde iba”.
Christina Martínez escuchó los disparos justo cuando subía a un ascensor en el vestíbulo, y todavía seguían sonando cuando salió al piso 18.
Alguien en una habitación vecina le dijo que había un hombre armado justo afuera de la entrada principal, cerca de donde Martínez dijo que había estado tomando café unos momentos antes.
“Me siento muy afortunada, pero en parte por eso tuve un ataque de pánico”, dijo. “Pensé: ¡Dios mío! ¡Estaba ahí!”.
Horas después del tiroteo, la entrada al casino que conduce al área de valet parking fue acordonada para los huéspedes y se colocaron mamparas de privacidad frente a las puertas de vidrio para bloquear la vista exterior.
Además de los fallecidos y las personas trasladadas al hospital, tres personas más recibieron atención médica por heridas leves en el complejo turístico, según Devon Reese, presidente de la Junta de Salud del norte de Nevada. Una persona recibió un roce de bala en el dedo meñique, otra recibió atención médica por ansiedad severa y otra resultó herida mientras corría, añadió.
Hace más de un año, dos hombres fueron acusados de dispararle fatalmente a otro hombre que se alojaba en el complejo en enero de 2024.
El Grand Sierra presume de tener el casino más grande del norte de Nevada y se encuentra a pocas cuadras del Aeropuerto Internacional de Reno-Tahoe. También es uno de los edificios más altos de la ciudad, con casi 2 mil habitaciones de hotel.
“Me duele el corazón por las víctimas, sus familias y toda nuestra comunidad. Reno es fuerte, pero no somos inmunes a la epidemia de violencia armada que asola a esta nación”, dijo Reese en una publicación en redes sociales.
Estados Unidos ha registrado al menos 249 tiroteos masivos, en los que al menos cuatro personas reciben disparos sin contar al atacante, en lo que va de 2025, según la organización civil Gun Violence Archive.