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Reuters
01/11/2025 | El Cairo, Egipto
Primeros ministros, presidentes y miembros de la realeza acudieron el sábado a El Cairo para asistir a la espectacular inauguración de un nuevo museo construido cerca de las Pirámides para albergar una de las colecciones de antigüedades más ricas del mundo.
La inauguración del Gran Museo Egipcio (GME) marca el final de un esfuerzo de construcción de dos décadas obstaculizado por los levantamientos de la Primavera Árabe, la pandemia y las guerras en los países vecinos.
"Todos hemos soñado con este proyecto y si realmente se haría realidad", dijo el primer ministro Mostafa Madbouly en una rueda de prensa, calificando el museo de "regalo de Egipto al mundo entero de un país cuya historia se remonta a más de 7 mil años".
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Los espectadores, entre los que se encontraba el presidente Abdel Fattah al-Sisi, se congregaron a última hora del sábado ante una enorme pantalla situada en el exterior del museo, que proyectaba imágenes de los lugares culturales más famosos del país mientras bailarinas ataviadas con relucientes ropajes de estilo faraónico agitaban orbes y cetros resplandecientes.
"Nuevo capítulo" para Egipto
Les acompañaban estrellas del pop egipcio y una orquesta internacional vestida de blanco bajo un cielo iluminado con láseres, fuegos artificiales y luces flotantes que formaban jeroglíficos en movimiento.
Con la apertura del museo, Egipto "escribe un nuevo capítulo en la historia del presente y el futuro de esta antigua nación", dijo Sisi en la inauguración.
Entre los asistentes se encontraban el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, el primer ministro neerlandés, Dick Schoof, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, el presidente palestino, Mahmud Abbas, el presidente de la República Democrática del Congo, Félix Tshisekedi, y los príncipes herederos de Omán y Baréin.
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La atracción más promocionada del museo es la amplia colección de tesoros de la tumba de Tutankamón, descubierta en 1922, que incluye la máscara funeraria de oro, el trono y el sarcófago del niño-rey, y miles de otros objetos.
Una colosal estatua de Ramsés II que estuvo durante décadas en una plaza del centro de El Cairo con el nombre del faraón adorna ahora el gran vestíbulo de entrada.
El elegante diseño del complejo, que evoca las Pirámides, contrasta con las polvorientas y a menudo anticuadas exposiciones del neoclásico Museo Egipcio, inaugurado hace más de un siglo en el centro de El Cairo, con vistas a la plaza Tahrir.
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Saqueo del Antiguo Museo
El museo antiguo enfrentó problemas en los últimos años, incluido el saqueo de varias vitrinas durante el levantamiento egipcio de 2011, cuando abundaban los robos de antigüedades.
En 2014, la barba de la máscara funeraria de Tutankamón se rompió cuando los trabajadores cambiaban las luces de la vitrina, y luego se volvió a pegar torpemente. Al año siguiente, la máscara fue restaurada y expuesta de nuevo.
Las autoridades esperan que el nuevo museo ponga fin a la percepción, alimentada por este tipo de sucesos, de que Egipto ha sido negligente en el cuidado de sus tesoros de valor incalculable, y refuerce sus reclamaciones de devolución de objetos egipcios conservados en museos extranjeros.
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"¿Es un santuario nacional o un escaparate mundial? ¿Un gesto de soberanía cultural o una herramienta de poder blando?", se leía en un artículo de una edición especial del semanario estatal Al-Ahram dedicado al museo, que calificaba de "filosofía tanto como de edificio".
"El GME no es una réplica del Louvre o del Museo Británico. Es la respuesta de Egipto a ambos. Aquellos museos nacieron del imperio; éste nace de la autenticidad".
Los más de mil millones de dólares que cuesta el museo se han financiado en gran parte con préstamos japoneses para el desarrollo. Diseñado por una empresa irlandesa, Heneghan Peng Architects, ocupa unas 120 hectáreas, aproximadamente el mismo tamaño que la Ciudad del Vaticano.
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Las autoridades también apuestan por que el museo, el último de una serie de megaproyectos iniciados o terminados desde 2014, pueda acelerar la reactivación del turismo, una fuente vital de divisas para una economía maltrecha por años de conflictos regionales e incertidumbre económica.
A finales del año pasado se inauguraron una serie de galerías, pero muchas de las piezas expuestas no eran accesibles al público.
Edición: Emilio Gómez