De acuerdo con el estudio Más allá de China: hacia una mayor diversificación y eficiencia de costos en las cadenas de suministro, desde 2019 los ejecutivos de Estados Unidos se planteaban la posibilidad de mover sus cadenas de suministro de China a América del Norte por la guerra comercial entre ese país y la nación asiática, pero con la crisis económica que provocó la pandemia la idea es tener "mejor resilencia de la cadena de suministro".
El análisis destaca que de las 450 millones de dólares en importaciones de manufactura de China en 2019, alrededor del 20 por ciento pudo haber logrado eficiencias de costos mediante una reubicación a México o Estados Unidos; además de que, el 80 por ciento de los productos que se importan desde la nación asiática tendrían un costo menor si se produjeran en otros países asiáticos de bajo costo.
Por estas razones, apunta el estudio, el 16 por ciento de las empresas estadunidenses que operan en China ya tenían planes para reajustar su producción o sus fuentes de abastecimiento. Entre los territorios contemplados se encuentran México, en donde reducirían en un 23 por ciento sus costos, y otros países asiáticos de bajo costo, donde el ahorro sería del 24 por ciento. Sin embargo, PwC sugiere que México se reafirma como una alternativa atractiva a China especialmente por la entrada en vigor del Tratado entre México, Estados Unidos y China (T-MEC), que ofrece una ventaja competitiva frente a otras regiones del mundo.
"Si las manufactureras estadunidenses movieran su producción hacia México, podrían reducir sus costos, en promedio, en un 23 por ciento, debido a que este país tiene una ventaja competitiva para el comercio internacional, incluida su proximidad con los Estados Unidos, sus relaciones con mercados clave (Unión Europea o Japón), así como menores costos de logística y aranceles", indica el estudio.
En este sentido, PwC explica que las ventajas de producir en México se enlistan de la siguiente manera: costos de mano de obra y administrativos más bajos, sin aranceles o aranceles más baratos, costos logísticos más bajos, tiempos de entrega más cortos y respuesta más rápida a las alteraciones. En tanto que, dejar la producción en China tendría como ventajas: no requerimiento de gastos de capital, mantenimiento de la conexión con las bases de suministro y empleados con experiencia.
De este modo, la consultora precisa que las compañías estadunidenses deberán ponderar entre las diferentes opciones tomando como base los costos de producción y las ventajas adicionales que ofrece la ubicación geográfica. Pero también propone un modelo de diversificación para reducir gastos en el que se contemple a China más México o a China más las naciones asiáticas.
Edición: Elsa Torres
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