David Brooks, corresponsal
Foto: Afp
La Jornada Maya

Nueva York
Miércoles 23 de noviembre, 2016

El presidente electo Donald Trump nombró hoy a las primeras mujeres de su gabinete en formación, una promotora de la privatización de la educación pública como secretaria de Educación y a una gobernadora sin experiencia diplomática como embajadora ante la Organización de Naciones Unidas.

Betsy DeVos es una multimillonaria conservadora que se ha dedicado a promover programas de “voucher” para que familias puedan usar fondos públicos para pagar colegiaturas en escuelas privadas, y al nombrarla como secretaria de Educación, Trump indicó que desea cumplir su promesa electoral de colocar lo que se llama “opción escolar” como el centro de su política educativa.

Trump declaró que DeVos logrará “reformar el sistema de educación de Estados Unidos y romper la burocracia que está frenando a nuestros niños para que podamos ofrecer una educación de clase mundial y opción escolar para toda familia”.

La “opción escolar” ha sido el eufemismo para la expansión de las llamadas “escuelas charter”, que son financiadas públicamente pero administradas de manera privada, como el uso de “vouchers” con los cuales se pueden usar fondos de educación pública para pagar colegiaturas en escuelas privadas, incluyendo las religiosas. La corriente conservadora de la llamada “reforma de educación” en Estados Unidos ha promovido estos conceptos para sus esfuerzos de privatizar la educación pública y romper los sindicatos del magisterio.

DeVos ha sido una donante generosa al Partido Republicano y una favorita del ex gobernador y ex precandidato presidencial Jeb Bush en sus esfuerzos de reforma, quien hoy elogió su nombramiento.

Con nula experiencia personal en el sector de educación pública, DeVos ha promovido este tipo de “reformas” en su estado Michigan como a nivel nacional. No apoyó a Trump en la contienda (primero su lealtad fue con Bush y al final con Marco Rubio), y había descalificado a quien ahora será su jefe como alguien “que no representa al Partido Republicano”.

Hoy declaró: “estoy hornada en trabajar con el presidente electo en su visión de volver a hacer grande la educación estadunidense. El estatu quo de la educación es inaceptable…. Juntos podemos trabajar para lograr el cambio transformativo para asegurar que cada estudiante tenga la oportunidad de cumplir con su potencial más alto”.

De inmediato los dos sindicatos nacionales del magisterio deploraron la selección de DeVos. “Al nombrar a DeVos, Trump deja… claro que su política de educación se enfocará en privatizar, restar fondos y destruir la educación pública en Estados Unidos”, comentó Randi Weingarten, presidenta de la Federación Americana de Maestros (AFT). Lily Eskelsen García, su contraparte en la Asociación Nacional de Educación (NEA), acusó que DeVos “ha promovido consistentemente una agenda empresarial para privatizar, des-profesionalizar e imponer soluciones de molde a la educación pública”.

Críticos de los programas de “voucher” -desde el presidente Barack Obama a defensores locales de educación pública- afirman que su efecto es reducir los recursos disponibles para escuelas públicas al desviar fondos públicos a escuelas privadas que no tienen que rendir cuentas al público.

Por otro lado, Trump anunció su nombramiento de Nikki Haley, la actual gobernadora de Carolina del Sur, hija de inmigrantes de India, y una figura reconocida dentro de la cúpula republicana. El anuncio se interpretó como un intento de diversificar su gabinete no sólo con mujeres, sino con figuras que no fueron de su círculo íntimo leal pero que son puentes con la diligencia tradicional del partido. Durante la contienda electoral, Haley apoyó a Marco Rubio y había afirmando que Trump “es todo lo que un gobernador no desea en un presidente”.

Trump declaró en un comunicado que Haley era alguien que ha mostrado la capacidad de convocar y trabajar con gente diversa y que “será una gran líder en representarnos en el escenario mundial”.

Haley indicó que “esta honrada” por el nombramiento para trabajar con Trump y “servir al país que amamos”.

Mientras tanto, al iniciar el puente del Día de Acción de Gracias, Trump continuará -desde su mansión en Florida-contemplando con su equipo los siguientes nombramientos, fomentando especulación sobre si asignará el puesto de secretario de Estado al ex candidato presidencial y aparentemente ex enemigo Mitt Romney o al ex alcalde Rudy Giuliani. A la vez, hay indicaciones de que el ex prescandidato presidencial Ben Carson, el neurocirujano afroestadunidense que sorprendió con la extrañeza de su campaña, podría ser nombrado como secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano.

[b]¿Quién ganó la elección?[/b]

Al seguir el conteo electoral final, Hillary Clinton ya superó hoy por 2 millones de votos a Trump en el voto popular, aunque perdió la elección en el colegio electoral. Es el margen más amplio para un candidato perdedor desde la elección disputada de 1876.

Ante ello y ofreciendo una gotita de esperanza a los derrotados votantes de Hillary Clinton, un grupo de expertos en computación, abogados electorales y académicos especializados está instando por un recuento del voto en tres estados claves. Algunos sugieren que la tabulación del voto podría haber sido afectada por hackers extranjeros (se sospecha de los rusos) en Pennsylvania, Wisconsin y Michigan -los primeros dos fueron ganados por márgenes cerrados y de manera inesperada por Trump (o sea, contra el pronóstico de los sondeos), el tercero aún no declara un resultado final.

David Moore, ex vicepresidente de Gallup, y director de encuestas de [i]MediaEthics[/i], comentó que hay discrepancias serias en Wisconsin, Pennsylvania y Carolina del Norte -los cuales si hubieran sido ganados por Clinton le habrían dado el triunfo- que indican la posibilidad de algo irregular a tal nivel que “no podemos estar confiados de que el ganador declarado del Voto Electoral sea el verdadero ganador”.

Aunque algunos expertos como Nate Cohn del [i]New York Times[/i] duda que eso haya ocurrido, y la campaña de Clinton aún no se ha mostrado dispuesta a cuestionar el resultado, la candidata presidencial del Partido Verde Jill Stein anunció que estableció un fondo para recaudar fondos -dice que se necesitan 2 millones- para solicitar de manera formal una revisión de los resultados en tres estados. Además, hay esfuerzos de las redes sociales para instar al público a denunciar ante el Departamento de Justicia irregularidades en la jornada electoral y solicitar una auditoria del voto en los estados claves.

Por otro lado, algunos tienen la muy remota esperanza de que habrá urna rebelión en el Colegio Electoral. Una petición que ya superó 4 millones de firmantes y que sigue circulando insta a los “electores” de algunos estados a emitir sus votos -los cuales deben ser para el ganador de la elección en esos estados- para Clinton en lugar de Trump. Circulan versiones de que por lo menos seis de estos “electores” están buscando convencer a otros de hacer justo eso.


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