Sin un motivo médico, niñas y adolescentes de África, Oriente Medio y Asia meridional son sometidas a un procedimiento que forma parte de una tradición y que lejos de aportar beneficios a la salud femenina, provoca afectaciones que pueden llegar a ser severas. Se trata de la mutilación genital, una práctica que sigue vigente en al menos 30 países.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), sustentada con una investigación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), estima que existen al menos 200 millones de niñas y mujeres víctimas de esta intervención quirúrgica, que ha sido reconocida internacionalmente como una violación grave de los derechos humanos, la salud y la integridad.
Además, también atenta contra el derecho a no ser sometidas a torturas y tratos crueles, inhumanos o degradantes, y el derecho a la vida en los casos en que el procedimiento acaba produciendo la muerte.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte que este año 4.1 millones de niñas están en riesgo de sufrir mutilación genital.
Cada 6 de febrero se conmemora el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, instaurado por la ONU para concientizar sobre la práctica que se prevé sumará 2 millones de víctimas en los próximos 10 años, pero que se busca erradicar en 2030.
Niñas y adolescentes, las principales víctimas
Se ha documentado que el proceso de ablación se realiza durante la infancia, entre la lactancia y la adolescencia, y son menores los casos donde se registra en la edad adulta.
Esta práctica además de reflejar la desigualdad entre los sexos, también representa una forma extrema de discriminación de la mujer.
Existen cuatro tipos de mutilación genital femenina, uno es un corte parcial o total del glande del clítoris, otro cercena también los labios menores y puede lesionar los labios mayores. Un tercer tipo, conocido como infibulación, consiste en estrechar la apertura vaginal cosiendo los labios y por último, hay una ablación que combina las tres técnicas.
Las niñas son sometidas a punción, perforación, incisión, raspado o cauterización de la zona genital sin motivo médico.
Las consecuencias
Las complicaciones de salud a corto y largo plazo que pueden presentar las víctimas van desde el dolor crónico, las infecciones, complicaciones durante el parto, hasta la muerte.
Se ha comprobado que quienes sufren ablación son más propensas a contraer VIH y también existe el riesgo de la infecundidad.
La OMS destaca que este procedimiento causa problemas sexuales como coito doloroso, menor satisfacción para las mujeres y muchas veces conlleva a trastornos sicológicos como depresión, ansiedad y baja autoestima.
La propuesta
La finalidad de designar al 6 de febrero como el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina es sumar esfuerzos para concientizar a las comunidades sobre los derechos humanos, la igualdad de género, la educación sexual y la atención a víctimas.
Desde 1997 la OMS, la ONU y el Unicef trabajan en coordinación para crear organismos de seguimiento y adopción de resoluciones que condenan la práctica.
La ONU apuesta por la erradicación en el año 2030 a través de estructuras de vigilancia para niñas vulnerables.
Los organismos trabajan con organizaciones de la sociedad civil para promover programas educativos y a la vez cooperan con líderes religiosos para desvincular esta tradición de las creencias.
Fuentes: OMS, ONU, Female Genital Mutilation/Cutting: A Global Concern (Unicef).
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