Confirma Save the Children que yihadistas han decapitado a niños en Cabo Delgado

Europa Press

La ONG Save the Children denunció este martes que niños de hasta once años han sido decapitados por yihadistas responsables de decenas de ataques durante los últimos meses en la provincia mozambiqueña de Cabo Delgado.

Elsa, una madre de 28 años entrevistada por la organización, relató que su hijo de doce años fue decapitado cerca de donde ella estaba escondida con sus otros tres vástagos para intentar escapar del ataque contra su localidad, en el que fueron incendiadas viviendas.

“Cuando todo empezó estaba en casa con mis cuatro hijos. Intentamos escapar a los bosques, pero capturaron a mi hijo mayor y le decapitaron. No pudimos hacer nada porque nos hubieran matado también”, afirmó.

Amelia, de 29 años, también confirmó que uno de sus hijos, de once años, fue asesinado por hombres armados, sin que haya podido enterrar su cuerpo. “Cuando mi hijo de once años fue asesinado entendimos que ya no era seguro quedarnos en mi aldea”, manifestó.

“Huimos a casa de mi padre en otra aldea, pero unos pocos días después los ataques empezaron también allí. Mi padre, los niños y yo pasamos cinco días comiendo plátanos y bebiendo agua de banano hasta que logramos un transporte que nos trajera aquí”, reveló desde la casa de uno de sus hermanos.

La directora de Save the Children en Mozambique, Chance Briggs, recalcó que “la información de ataques contra niños nos enferman hasta la médula”. “Nuestro personal ha llorado escuchando las historias de sufrimiento que relatan las madres en los campos de desplazados”, lamentó.

“Esta violencia tiene que detenerse y las familias desplazadas necesitan recibir apoyo mientras se orientan y se recuperan del trauma”.

Briggs también detalló que “cerca de un millón de personas hacen frente a una situación de hambre grave como resultado directo del conflicto, incluidos desplazados y comunidades de acogida. Mientras el mundo se centra en el COVID-19, la crisis en Cabo Delgado ha aumentado, pero sigue siendo ignorada”, finalizó.

Una crisis que no para

Desde 2017, el norte de Mozambique ha estado sumido en la violencia debido al conflicto que generó el descubrimiento de yacimientos de petróleo en la zona.

La población local esperaba que el hallazgo energético trajera riqueza a Cabo Delgado (una de las provincias más pobres del país), pero aparte de la construcción de las primeras plataformas de perforación, los habitantes no vieron la consumación de ninguno de los proyectos de desarrollo que el gobierno nacional prometió a la zona. 

La falta de interés por Cabo Delgado en Maputo, la capital nacional, generó descontento en la provincia  y desencadenó un estallido de violencia: varios grupos insurgentes, amparados en la religión y tomando como bandera el yihad, comenzaron a atacar poblaciones vulnerables en un intento de presionar al gobierno y atraer inversión.

El gobierno de Mozambique decidió acabar de tajo con la insurgencia y, apoyado por fuerzas extranjeras y agrupaciones paramilitares, inició entonces una feroz campaña militar en Cabo Delgado.

Sin embargo, hasta el día de hoy la zona se mantiene fuera del control oficial mozambiqueño. Diversos reportes confirman que la provincia sigue sumida en la violencia y los avances del ejército nacional han sido escasos, pues la mayor parte de la zona está bajo dominio de los grupos armados.

Según datos de Armed Conflict Location and Event Data Project (ACLED), que hace seguimiento de la zona, el conflicto en Cabo Delgado se ha saldado con 2 mil 614 muertos, incluidos mil 312 civiles, y ha provocado además el desplazamiento de cerca de 670 mil personas.

En un intento de acabar con la violencia en el norte, en febrero pasado el presidente de Mozambique, Filipe Nyusi, ofreció garantizar una amnistía a aquellos combatientes que abandonen las filas de los grupos armados en la zona para reintegrarse en la vida civil: “vamos a hacer todo lo posible para que el pueblo mozambiqueño comprenda que fue manipulado y usado”, afirmó.

Edición: Laura Espejo