Laura Gómez Flores
Foto: Yazmín Ortega Cortes
La Jornada Maya
Ciudad de México
Viernes 22 de septiembre, 2017
La ciudad “se comportó bien en términos de estructura y en la respuesta a la emergencia ante un terremoto de alta energía y muy baja profundidad, que dejó pocos edificios colapsados respecto de otros movimientos telúricos registrados en países como Nueva Zelanda”, afirmó Francisco Lermanda, jefe de operaciones de Topo Chile.
Tras casi 11 horas de participar en las labores de rescate de cuatro personas al interior de un inmueble colapsado en la calle de Coquimbo 911, en la colonia Lindavista, destacó la apertura del país a que grupos internacionales vengan a aportar su experiencia.
Un grupo de 18 especialistas en rescate venimos a la ciudad, convocados por nuestra matriz Topos México, para encontrar a esas personas y “no vamos a parar hasta dar con ellas. Los topos trabajamos 24-7, con relevo, por respeto a las víctimas y a sus familiares”, afirmó.
La posibilidad de que sobreviva de un mexicano no es la misma que un suizo, ni la condición de vida de un haitiano. El equipo de topos en Haití, recordó, rescató a 14 personas vivas después de 28 días, ya habían pasado las 72 horas que marca la norma para usar maquinaria
“No, nos contaminamos con horarios y calendarios. Una norma no es transversal, vamos adaptándola, al igual que los protocolos, para seguir con una operación de bajo riesgo, segura y lo más rápido posible, que permita el rescate de personas”, explicó.
“Así que la búsqueda de dos hombres y una mujer de 60 años, y otra de 38 años”, dijo, “sigue con los elementos que tenemos, pues ninguno de ellos por sí solo es concluyente, para decir si una persona está con vida o por lo menos existe. Debe triangularse la información para evaluar qué hacer y cómo llegar a cada uno de los rincones donde probablemente esté”.
Consideró que la ciudad se comportó bien ante el terremoto que enfrentó, pues la cantidad de edificios colapsados fue menor respecto de otras ciudades o países, como en Nueva Zelanda, donde con un terremoto de 6.3 grados, 200 edificios se fueron al suelo.
Las dificultades para ingresar al inmueble construido en 1985, reconoció, son muchas, pues se trata de una estructura de hormigón armado para soportar tensión presión y pandeo, con barras de acero, donde una loza mide de 60 a 70 centímetros.
Sus siete niveles quedaron compactados en cuatro, por lo que debemos ocupar elementos que no golpeen, tensionen o generen vibración pues puede traernos nuevas complicaciones en el rescate de una persona.
“No estamos con la convicción de que estamos buscando gente muerta, sino a una persona, esa es la ideología de los topos, que nacieron en México y nosotros somos una de sus filiales”, señaló.
Hoy, destacó, la ayuda de la ciudadanía, desde gobierno, la prensa, familiares, voluntarios y todos los que deseen aportar es muy importante para que México se pueda parar de esta tragedia.
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