Alejandro Cruz Flores
Foto: Guillermo Sologuren
La Jornada Maya
Ciudad de México
Viernes 19 de junio, 2020
El plan hacia la nueva normalidad en el Centro Histórico de la Ciudad de México en el color naranja del semáforo epidemiológico considera habilitar espacios peatonales en calles, así como colocar accesos controlados en las avenidas Madero y Corregidora, con el propósito de disminuir la afluencia en la zona y reducir el riesgo de contagios de COVID-19.
El documento señala que al reanudarse la actividad comercial, lo cual está previsto para el próximo martes, y mientras se mantenga el semáforo naranja, calles como Tacuba, 5 de Mayo, Venustiano Carranza, República de Uruguay, Correo Mayor y Jesús María serán compartidas entre vehículos y peatones en un horario de 10 a 19 horas.
El propósito, explicó la titular de la Autoridad del Centro Histórico (ACH), Dunia Ludlow Deloya, al presentar el plan a comerciantes de la zona, es que las aceras se utilicen para dosificar el acceso de clientes a los negocios, así como la formación de filas en las que se respete la sana distancia.
Explicó que el esquema aún se está elaborando, y que consistirá en instalar infraestructura "en la mitad de la calle, que permita que por un lado puedan caminar las personas sin ningún tipo de contratiempo y, por el otro, los vehículos".
Al señalar que se prevé que un tramo de Palma sea peatonal, así como 16 de Septiembre, destacó que el acceso a las calles de Madero y Corregidora será controlado para las personas que tengan la intención de consumir en alguno de los comercios, para lo cual se ubicarán filtros.
En la presentación del plan, el cual se ha realizado en el transcurso de esta semana, según un calendario por giros comerciales, en videoconferencias transmitidas por Facebook, la titular de la ACH destacó que la cifra de 4 mil 158 locales de actividades esenciales que actualmente pueden operar con el semáforo rojo, al pasar al naranja se incrementarán a 25 mil 546. Por ello, subrayó, es necesario que la reanudación se realice de manera ordenada, lo que implica disminuir la afluencia y evitar las aglomeraciones, a fin de que el Centro Histórico no se sea una zona alto riesgo de contagio.
De allí que la propuesta es reducir la actividad comercial a 50 por ciento y que los negocios con numeración par abran los lunes, miércoles y viernes, mientras aquellos que están en la acera con numeración impar lo hagan martes, jueves y sábado, intercalando estos días cada semana y en un horario de 11 a 20 horas.
Según el anterior plan, los domingos no habría comercios abiertos mientras se mantenga el color naranja, lo cual se prevé dure dos semanas. Además, el esquema no se aplicaría a las calles de acceso controlado, así como los giros de restaurantes, hoteles, cines, teatros y servicios religiosos.
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