Con marcha silenciosa exigen justicia por joven asesinado en Temixco

Rubicela Morelos Cruz

Familiares, amigos y vecinos de Pablo Antonio Hidalgo Badillo, el joven de 24 años de edad que donó sus órganos y tejidos para beneficiar a 106 personas, realizaron una marcha en silencio por el fraccionamiento Burgos de Temixco, Morelos, que concluyó en el estacionamiento de la tienda de conveniencia (Oxxo) donde fue asaltado y asesinado la noche del pasado domingo, ahí colocaron una ofrenda floral y exigieron a las autoridades de los tres niveles justicia y el cese de la inseguridad y la violencia en Morelos.

Vestidos de blanco y portando veladoras y flores, el contingente que encabezaron los padres de Hidalgo Badillo (Santiago y Anneth) caminaron por el Paseo Burgos, partiendo alrededor de las diez de la mañana de la primera glorieta de la entrada de este fraccionamiento, para terminar después de una hora ahí mismo, y posteriormente recorrieron otros 300 metros para llegar a la tienda de conveniencia (Oxxo) donde el joven acudió el domingo pasado a comprar; pero en uno de los cajones de la tienda fue asaltado a mano armada, le quitaron su cartera, y le dieron un balazo en la cabeza que horas después en el hospital del IMSS, Morelos, le provocó muerte cerebral.

“El llanto es parte es de tristeza, es de egoísmo, porque mi hijo ya no está conmigo, él ya no siente, a él nos lo arrebataron ese domingo; nosotros teníamos la esperanza de que todavía pudiera vivir, pero cuando nos enteramos a temprana hora del lunes, que ya no era posible rescatarlo, gracias a la generosidad de mi mujer, decidimos que los órganos y los tejidos de Pablo se donaran, ese lunes creo que tomamos una decisión que nos permitió recuperar a Pablo".

“Es difícil lo que voy a decir, y no es metafórico ni religioso, pero Pablo está vivo, literalmente está vivo” dijo el padre de Hidalgo Badillo llorando.

Posteriormente, explicó, que al momento que “le extrajeron su corazoncito” en el hospital del IMSS, Morelos, aseguró que un helicóptero lo estaba esperando para llevárselo para ponérselo a otra persona, “esa otra persona va a poder tener lo que mi hijo no tuvo (vivir), lo que mi hijo le negaron, va a poder tener vida, va a poder ver a sus hijos, va a poder tener nietos, correr, soñar, hacer ejercicio, irse a una fiesta, va a poder hacer lo que mi hijo le negaron".

“Y nosotros pensamos que se iban a beneficiar unos cuantos, y cuando nos enteramos de que eran más de un centenar de personas, nos sentimos muy orgullosos porque dio vida y calidad de vida más de un centenar de personas, y benefició a más de un centenar de familias”, agregó Santiago Hidalgo.

Eso, recalcó, que los hace sentirse orgullosos y felices, y les da un poco de consuelo, de “saber que Pablo sigue viviendo y lloramos de tristeza de saber que está viviendo pero no con nosotros".

“Gracias a eso la inútil muerte de Pablo aquí en este lugar se convirtió en un acto de utilidad, gracias a eso (la donación) mi hijo sigue viviendo”, subrayó el padre al momento también de agradecer el acompañamiento que han tenido por parte de los vecinos de este fraccionamiento Burgos municipio de Temixco.

La decisión de donar los órganos y tejidos de su hijo surgió, contó Santiago Hidalgo, después que durante la noche del domingo él buscó a los mejores cirujanos de Cuernavaca, de Morelos, y también habló con otros de la ciudad de México, con la esperanza de que sobreviviera; pero desafortunadamente, la madrugada del lunes les dijeron que ya no se podía hacer nada.

En el shock en que estaban por la noticia de que había muerto; uno de los cirujanos que había sido requerido para que viniera para operarlo, habló de nuevo con el padre, y al enterarse de que ya le habían declarado muerte cerebral de Pablo Antonio, les sugirió que si no tenían en sus mentes donar los órganos y los tejidos de Pablo para otras personas que los requieren para seguir viviendo.

“Yo creo que le hable a 30 cirujanos, desafortunadamente era muy tarde, algunos no contestaron, y después que nos enteramos de la muerte cerebral de mi hijo, nos venimos a la casa a tomar un vaso de agua, y cambiarnos de ropa, entonces me habló uno de los neurocirujanos de la ciudad de México, le dije que le agradecía que hubiera devuelto la llamada, “pero mi hijo ya falleció”, y me volvió a llamar y me dijo unas palabras que me sacudieron, me dijo: ‘disculpe señor, pero ¿usted ha considerado la donación?’, en ese momento me volvió la sensatez, mi esposa estaba sentada en la cama de mi hijo (en su casa) lamentándose de este suceso (la muerte de su hijo), y le dije lo que me dijo el doctor (sobre la donación de órganos, y ella sin dudarlo dijo que sí”, narró Santiago Hidalgo.

Posteriormente se comunicaron con las autoridades del IMSS, Morelos, y pidieron que los órganos y tejidos de su hijo se donarán. El jueves pasado la clínica número uno del IMSS, ubicada en Plan de Ayala Cuernavaca, informó de la primera procuración multiórganica del año, que benefició a 106 personas.

La madre del joven entre lágrimas también, informó este sábado, que ninguno de los órganos, y tejidos, han sido rechazados por las personas que los recibieron, y en entrevista, les dijo a las personas beneficiadas que les dio el tesoro más grande que tenía.

La tarde del viernes 9 de julio, aseguró su padre, Pablo Antonio Hidalgo, de 24 años de edad, y quien quería ser piloto aviador, fue sepultado. E insistió que esta marcha fue para demandar justicia, tanto al gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, y al fiscal general del estado, Uriel Carmona Gándara, para que ningún joven como su hijo, “sano, estudiante, y buena persona”, sea víctima de la delincuencia organizada o común que opera de manera impune en Temixco, y en todo el estado de Morelos.

A un día, de cumplirse una semana que Hidalgo Badillo fue asaltado y asesinado, hasta este momento la Fiscalía General del Estado (FGE) no ha informado de la detención del homicida del joven que esa noche del domingo aparte de comprar en la tienda de conveniencia, según sus amigos, llevaba cobijas para indigentes que pernoctan en esa zona, ubicada al sur de la capital del estado.

Edición: Estefanía Cardeña