Como parte del Día Mundial de la Alimentación, que se conmemoró el 16 de octubre, la Alianza por la Salud Alimentaria, conformada por varias agrupaciones civiles, lanzó la campaña: Nuestros niños son primero, que exige a las autoridades que la comida chatarra no vuelva a comercializarse en las escuelas y que se prohíba toda la publicidad de estos productos a la que se ve expuesta la infancia de México.
La campaña estará presente en estaciones de radio y redes sociales, promoverán que es urgente regular los entornos escolares y la publicidad dirigida a niños, esto con el objetivo de defender el derecho de la infancia a la alimentación saludable y a entornos que procuren estilos de vida saludables.
“Los entornos escolares son espacios idóneos para fomentar hábitos alimentarios sanos que beneficien la salud de niñas, niños y adolescentes, así como al planeta”, señalaron.
Este año, el mensaje del día Mundial de la Alimentación -establecido por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)- señala que: “Los alimentos que elijamos y su forma de consumo afectan a nuestra salud y a la de nuestro planeta”.
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el consumo de alimentos chatarra ha aumentado de forma paralela a la epidemia de obesidad, lo cual está relacionado con hábitos alimenticios poco saludables y es uno de los factores de riesgo críticos para las enfermedades crónicas no transmisibles.
Al mismo tiempo, el consumo de estos productos causan contaminación plástica del planeta, contribuyendo también a las emisiones de gases de efecto invernadero a través de todo su ciclo de vida.
Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, indicó en una conferencia virtual que el futuro los niños requiere un cambio profundo en su alimentación, por lo que la comida chatarra no debe de regresar a los planteles escolares y la publicidad de estos productos que no son saludables, y que son dirigidos a la infancia, debe ser prohibida.
“Estas son dos políticas públicas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para combatir la epidemia de obesidad”, resaltó.
Tania Ramírez, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia (Redim), manifestó que este día es importante reflexionar sobre qué implica el derecho a la salud de las infancias y adolescencias, “pues vivimos en un país donde la sobrexposición a alimentos ultra procesados, comida chatarra y a bebidas altamente azucaradas pone en jaque la salud de niños, niñas y adolescentes”.
Para la activista, en el contexto de la pandemia por el Covid-19, hemos visto que la obesidad puede ser uno de los factores que aumenten los riesgos de salud, un factor de comorbilidad también para niñas, niños y adolescentes, “por lo que la salud alimentaria también es parte de un retorno seguro a las aulas. Y eso incluye que no haya exposición, ni en términos publicitarios ni de abasto o cercanías, a este tipo de comidas para niños y niñas, con el fin de garantizarles entornos más seguros”, expresó.
El colectivo detalló que en las escuelas de México, en el 2010 se realizó la regulación sobre la venta y consumo de alimentos y bebidas permitidos y no permitidos, pero fue hasta 2014 que se establecieron sanciones por incumplimiento.
No obstante, reportes en el sitio Mi escuela saludable durante el ciclo escolar 2018-2019, mostraron que más del 97 por ciento de los planteles no cumplen con las directrices.
“Hasta antes de la pandemia, las escuelas primarias en nuestro país eran ambientes obesogénicos porque del total de la oferta de alimentos, 51 por ciento eran de productos ultraprocesados y 63 por ciento de las bebidas eran azucaradas. Y al mismo tiempo, hubo una limitada disponibilidad de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y agua simple gratuita y segura”, aseguró Alejandra Contreras, coordinadora de la campaña de salud alimentaria en El Poder del Consumidor.
También advirtieron que durante esta emergencia sanitaria y debido a las plataformas digitales para la educación en línea, los niños y niñas han estado expuestos a un mayor número de contenido publicitario.
Por ejemplo, detallaron que el 74 por ciento de los escolares que usaron la aplicación Aprende en Casa estuvieron expuestos entre a entre uno y seis anuncios por día.
Y en la plataforma de YouTube, 60 por ciento estuvieron expuestos hasta seis anuncios al día de productos ultraprocesados como lácteos y jugos con azúcar, chocolates, helados y comida rápida.
“Por tanto, los escolares pueden ver hasta 20 anuncios de alimentos y bebidas en una jornada escolar regular. Por lo anterior, es indispensable prohibir toda publicidad, especialmente la de productos ultraprocesados por su alto contenido de azúcar, grasas y sodio, en plataformas y contenidos educativos oficiales y al interior de las escuelas”.
Para mayor información pueden visitar la página, el Facebook o el canal de YouTube.
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