Tatuajes: identidad, estigmatización y arte, un análisis de la UNAM

La práctica inició hace cinco mil años y ahora es una expresión con alta demanda
Foto: UNAM

Una práctica que data de hace cinco mil 300 años comenzó como una muestra de estratificación social y cientos de años después fue estigmatizada por diversos sectores sociales, pero actualmente es una expresión corporal que incluso llega a considerarse como arte.

Así es como actualmente el tatuaje tiene una resignificación identitaria, destaca Héctor Castillo Berthier, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) de la UNAM.

Para entender la transformación de esta práctica, la UNAM destaca que la primera evidencia de una piel tatuada corresponde a la momia de Ötzi, un hombre hallado congelado en los Alpes de Ötzal, Italia.

El cuerpo tiene una antigüedad de cinco mil 300 años y en su piel se contabilizaron 61 tatuajes.

Castillo Berthier considera que los primeros tatuajes eran utilizados para distinguirse entre diferentes grupos étnicos o para las personas de élite. Sin embargo, a partir del siglo XVII comienza el rechazo y la estigmatización hacia las personas que poseen diseños permanentes en su piel.

“Se tenía la idea de que quien portaba un dibujo en el cuerpo era delincuente o que había estado en la cárcel”, destacó el investigador, y esta creencia se extendió hasta mitad del siglo XX.

En la actualidad la idea ha cambiado y los tatuajes ahora son una forma de expresión que ha ido en aumento.

Incluso, la realización de tatuajes ya se aprecia como arte corporal y muchos tatuadores son calificados como artistas.

“Hay miles de tatuadores, pero dentro de ellos hay muchos que son verdaderos artistas en su trabajo, lo profesionalizan y lo hacen de una manera espectacular”, comentó Castillo Berthier.

Se estima que en México alrededor de 32 por ciento de la población tiene al menos un tatuaje y la oferta de tatuadores profesionales asciende a seis mil personas.

Un ejemplo es Enrique Ruiz, egresado de  la Escuela Nacional de Artes Plásticas, hoy Facultad de Artes y Diseño de la UNAM, quien actualmente se desempeña como tatuador profesional.

“Debemos expresarnos o crear un estilo que nos identifique y que nos pueda marcar como un tatuador específico”, comentó Enrique. 
 

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