Carlos Figueroa
Heidi Mariana, de cuatro años de edad, murió de un disparo en la cabeza que recibió cuando viajaba en un auto junto con su hermano Kevin, de siete años, y Griselda Lizeth, de 43, esposa de su abuelo. La mujer, quien conducía el automotor por el centro de la ciudad, resultó herida en el hombro derecho.
Según testigos y la lesionada, los disparos fueron hechos por efectivos del Ejército Mexicano. Autoridades de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en la Ciudad de México señalaron que fueron informados de una agresión a personal militar en esa localidad fronteriza y “estamos investigando si hay o no responsabilidad” en los hechos denunciados.
Cristina Aracely, madre de la menor y asistente médica del hospital general de zona (HGZ) número 11 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) se encontraba de turno y recibió a la niña.
Pasadas las 10 de la noche del miércoles, elementos de la Sedena que se encontraban en esta ciudad fronteriza, provenientes de Reynosa, Tamaulipas, abrieron fuego contra el vehículo de los civiles sin razón aparente.
Griselda Lizeth llevaba en un auto Chevrolet Cobalt 2010 a Heidi Mariana al IMSS debido a que la menor padecía dolor de estómago.
En el crucero de las calles 20 de Noviembre y González, los militares dispararon directamente al coche y un proyectil atinó en la cabeza de la niña, quien fue llevada por Griselda Lizeth al hospital, adonde llegó sin vida. El vehículo recibió tres balazos, uno en el parabrisas y dos en el vidrio trasero.
Según testigos, efectivos de la Sedena que se desplazaban en varias unidades por la avenida Santos Degollado abrieron fuego contra varios automotores en los que iban personas desarmadas.
A continuación, los soldados avanzaron por la calle González y en el cruce con 20 de Noviembre dispararon al vehículo de la mujer y los dos menores.
“Escuché como cohetes. Vi que eran soldados que estaban disparando. Me orillé y sentí un dolor en mi hombro derecho, y fue cuando Kevin empezó a decirme que habían matado a su hermanita”, relató Griselda Lizeth. Agregó: “Vi que tenía un orificio en la cabeza, por lo que inmediatamente y como pude, pasándome semáforos y calles en contrasentido, llegué al hospital.
“El 21 de septiembre le íbamos a hacer su fiesta de cinco años. Iba a ser una cincoañera y ahora le vamos a hacer su velorio”, expresó.
Cristina Aracely afirmó: “Mi niña sólo venía porque se sentía mal y me la mataron los soldados. Aquí en el IMSS veo muchos casos de personas heridas, pero jamás pensé que me tocara recibir a mi hija con la cabeza destrozada por un balazo”.
Además, los elementos del Ejército propiciaron un choque de automotores en González y Degollado, donde amagaron con sus armas a automovilistas, así como a reporteros y fotógrafos.
Testigos aseguraron que los uniformados que mataron a la niña viajaban en las unidades números 0919071, 0919340 y 0919333.
Edición: Ana Ordaz
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