Eduardo Murillo y Raúl Robledo
La Fiscalía General de la República (FGR) detuvo en la Ciudad de México a José Rodolfo Villarreal, alias El Gato, líder regional del cártel de los Beltrán Leyva en San José (Nuevo León) y uno de los 10 más buscados por el Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos, conocido como FBI, por sus siglas en inglés.
El operativo tuvo lugar en la alcaldía Venustiano Carranza, y en el intervinieron elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), a través de la Policía Federal Ministerial (PFM), pertenecientes a la Dirección General de Asuntos Policiales Internacionales e Interpol, en colaboración con la Secretaría de Marina-Armada de México (SEMAR), Coordinación Nacional Antisecuestro (CONASE) y la Agencia Estatal de Investigación de Nuevo León.
El FBI ofrecía una recompensa por el ahora detenido de un millón de dólares por su presunta participación en el acecho interestatal y la conspiración para cometer el asesinato a sueldo de un hombre de 43 años en mayo de 2013 en Southlake, Texas. Crimen por el que en junio de 2018 se le levantaron cargos y se emitió una orden judicial federal para arrestarlo.
“Cabe mencionar que en cumplimiento al Tratado de Extradición firmado entre México y los Estados Unidos de América y con base en el trabajo de cooperación entre ambas naciones, el gobierno de dicho país cuenta con 60 días para presentar la solicitud formal de extradición de esta persona”, señaló la FGR.
El detenido permanece mientras tanto en el Reclusorio Sur de la capital del país, donde un juez le impuso la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa.
Sigue leyendo: Cae 'El 50', cabecilla de 'Los Mexicles' tras la muerte de 'El Neto'
Edición: Estefanía Cardeña
La carrera del cocinero comenzó como lavaplatos a los 16 años
Efe
Actualmente sólo el 26 por ciento de las producciones en el país son dirigidas por cineastas
Efe
El ex mandatario fue condenado en primera instancia a 12 años de prisión domiciliaria
Efe
Bajo las condiciones actuales, tres de cada cuatro no lograrán superarla en la edad adulta
La Jornada
