Pedro J. Fernández reconstruye a Maximiliano de Habsburgo en su más reciente libro

El cambio de narrativa en torno al personaje histórico de Maximiliano de Habsburgo, cabeza del Segundo Imperio Mexicano, es uno de los objetivos de la nueva biografía novelada de Pedro J. Fernández, Maximiliano: Memorias secretas del emperador mexicano.

Esta obra es parte de una serie sobre personajes históricos en las que el autor retrata la vida y el contexto de figuras como Emiliano Zapata, Porfirio Díaz o La Malinche. En esta ocasión, la historia del archiduque de Austria que se volvió emperador de México, nos vuelca hacia su vida en Europa, su infancia y su destino en México.

“Al igual que las otras novelas de la serie está escrita en primera persona. Maximiliano está recién capturado en Querétaro, esperando su juicio y sus abogados le llevan tres cuadernos. Él ya se da por perdido y decide que va a contar su historia para que nadie más la cuente y, a partir de ahí, empieza a narrar su infancia, su juventud, sus amores antes de Carlota, cómo fue cuando gobernó Lombardo, Venecia y finalmente, la parte del Segundo Imperio” compartió el autor, en entrevista con La Jornada Maya.

El proceso de investigación acercó a Pedro J. Fernández a testimonios y sucesos de la época, mediante los cuales fue dibujando un panorama de la Europa y el México del siglo XIX y la figura de Maximiliano de forma íntima.

“Había mucha información al respecto, leí varios ensayos que encontré en inglés, testimonios de sus maestros, de personas que trabajaron con él. Fue un proceso de ir reconstruyendo a partir de estos documentos, cómo fue su vida anterior al Segundo Imperio. Quería encontrar al Maximiliano como el político que enseñan a gobernar, y también a este personaje que es artista, que le gusta la investigación de ciertos insectos, específicamente las mariposas, que le gustaba la mitología, que escribía poemas. Esto no estaba peleado de ninguna manera con su faceta política, entonces quería abordar a este personaje desde diferentes facetas”.

Relatar la historia en primera persona fue una de las decisiones importantes que ayudaron a representar de forma compleja a tan icónico personaje para la cultura mexicana. Pedro J. Fernández no sólo hizo un ejercicio de investigación, sino una práctica de profunda empatía.

“Todo el tiempo estuve preguntándome qué es lo que el personaje sentiría o cómo hubiera opinado al respecto. A veces sí tengo esa información, porque Maximiliano escribía mucho, pero a veces no hay esa información y tengo que ponerla yo, esto para ser coherente con el personaje, coherente con el tiempo histórico, y finalmente poder reconstruirlo desde adentro hacia afuera”.

Aspectos de la vida de Maximiliano de los que pocos sabemos, como su infancia, son parte clave para el desarrollo de esta historia que pretende explicar su naturaleza humana.

“Me gusta mostrarlo en la infancia porque nos ayuda a comprender cómo este personaje piensa en su vida adulta. Muchas de las decisiones o muchas de las de las formas de ser de estos personajes en la vida adulta o en la vida pública, tienen que ver con la infancia, con la época, con cómo fueron educados y eso es lo que planteo”.

Para el autor, estamos en un momento crucial para entender a estos personajes históricos de forma distinta a lo convencional.

“Hay que cambiar la narrativa del personaje que durante mucho tiempo fue visto como una figura romántica y engañada, incluso desde los ojos de Carlota. Yo quería verlo como un ser humano complejo, entender de dónde venía. Porque no fue un tonto al que engañamos. Yo creo que estamos cambiando ya esa narrativa que no le hace nada bien ni al personaje ni a la época y espero que mi libro abone a esta discusión”.

La biografía Maximiliano: Memorias secretas del emperador mexicano, está publicada bajo el sello de Océano, y cuenta con 344 páginas de la historia pública e íntima del personaje.

Edición: Astrid Sánchez