Obispo Salvador Rangel permanece hospitalizado; no hay indicios de que fuese secuestrado

No hay un sólo elemento que compruebe que el prelado haya sido privado de la libertad: Samuel Sotelo
Foto: CEM

Rubicela Morelos Cruz

Cuatro días después de la desaparición del obispo emérito de la diócesis del estado de Guerrero, Salvador Rangel, y a un día de que éste fue identificado por el personal del hospital general G. Parres de Morelos, el gobernador interino, Samuel Sotelo Salgado, sostuvo que hasta este momento no hay un sólo elemento que compruebe que el prelado haya sido privado de la libertad.

“No tenemos, hasta el día de hoy, un sólo elemento para determinar que haya sido privado de la libertad como tal, hasta ahorita, los datos que se tienen objetivos es que hubo dos retiros en dos cajeros, pero hasta ahí, no hay ningún testigo, ninguna cámara que haya visto que lo hayan privado de la libertad como tal; salvo lo que haya obtenido el día de hoy la fiscalía”, recalcó el funcionario estatal.

Sotelo mencionó que la denuncia por desaparición del prelado se presentó la mañana del lunes ante la FGE, concretamente la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas, no antes, “entonces el ejecutivo, y el ministerio público, conoció de la denuncia, por desaparición de personas; no por otro tipo delitos porque no se sabía el paradero de él (el obispo)”, agregó.

Ante la pregunta de que si personas cercanas al Obispo pudieron estar involucradas con este hecho, el gobernador interino dijo que se buscó y se hizo una investigación, ya que según ese sábado el obispo tenía una reunión en una pizzería, “llegó a ese lugar, y después de ahí ya no se supo de él.

“De ahí la inquietud y preocupación que no se sabía de su paradero”, aseguró.

En esa pizzería se habría reunido el obispo con un empleado de este negocio, no reveló el nombre de esa personas con la que se reunió el obispo, aparentemente el sábado pasado.

El obispo Rangel, según el también secretario de Gobierno del estado y de acuerdo con los trabajadores del hospital Parres, llegó inconsciente en una ambulancia, y debido a que no podría hablar no se identificó. Por lo que los trabajadores de ese nosocomio lo atendieron como una persona desconocida.

Fueron los propios trabajadores del hospital, aseguraron fuentes de este nosocomio; no la FGE que encabeza Uriel Carmona.

“Llegó inconsciente y no pudo proporcionar ni siquiera su nombre, conforme fue avanzando el tiempo ya dio su nombre; estaba desubicado en tiempo y lugar, y tenía unas complicaciones de carácter neurológico y eso fue lo que dificultó que se pudiera obtener la información”.

Servicios de Salud reportó media hora después de que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) hiciera pública su desaparición que éste (Rangel) se encontraba hospitalizado en dicho nosocomio. Hasta allí llegó a verlo el gobernador interino, Sotelo Salgado, y también llegó el fiscal morelense, Uriel Carmona, quien en declaraciones al entrar y salir, aseguró que el obispo Emérito dijo que éste pudo ser víctima de un secuestro exprés; pero de este delito, según Sotelo Salgado, no había hasta la noche del lunes que sostenga este delito cometido contra Rangel Mendoza.

 

Edición: Estefanía Cardeña


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