Un día mundial del medio ambiente plastificado

Óscar Muñoz
Foto: Archivio La Jornada Maya
La Jornada Maya

Jueves 7 de junio, 2018

A pesar de que el lema para este Día Mundial del Medio Ambiente (DMMA) 2018, “celebrado” el cinco de junio fue [i]Sin contaminación por plásticos[/i], nadie hizo nada por conmemorar este evento global. Muy lamentable que ni las instituciones públicas, ni las organizaciones sociales, ni las empresas privadas hayan difundido, por lo menos, el lema mundial de este día. Supuestamente cada cinco de junio los países miembros de la ONU realizan acciones relacionadas directamente con el lema del año, y esta vez debieron estar encaminadas hacia el fomento de una cultura sin plásticos, aunque nadie ni siquiera mencionó nada al respecto.

De acuerdo con lo establecido por la ONU, el propósito de celebrar el DMMA es realizar acciones que promuevan el cambio de hábitos en la cotidianidad de la vida ciudadana que reduzcan la contaminación y sus efectos, como el caso de los plásticos en la naturaleza y la sociedad. Más allá del valioso uso del plástico en la actualidad, la dependencia de la gente a este tipo de productos ha producido un grave deterioro en la relación del hombre con la naturaleza, principalmente si algunos objetos de plástico sólo sirven para usarlos sola vez, por ejemplo, los llamados desechables. Ahí está el caso de las 500 mil millones de bolsas de plástico que las personas utilizan durante un año.

Ante esta circunstancia medioambiental, la ONU ha destacado la necesidad de lograr que la gente rechace los plásticos desechables. Y si no es posible reutilizarlo, porque el reciclamiento de ciertos productos ya no es posible, habrá que darles la vuelta. En su lugar, retomar el uso del sabucán de sosquil, por ejemplo, en lugar de aceptar bolsas de plástico que proporcionan los supermercados o hasta las tiendas de las esquinas. Como bien dijera Antonio Guterres, el secretario general de la ONU, respecto del plástico: “si no puedes reusarlo, rehúsalo”.

Si bien el país anfitrión de este DMMA fue la India, ya que tiene una de las más altas tasas de reciclaje en el mundo, lo que le ha permitido sobresalir como país líder en este rubro, México se ha quedado inactivo y callado en esta celebración. A pesar de que la India ha impulsado una campaña que invita a los gobiernos, las industrias y las comunidades a unirse para reducir hasta donde sea posible el uso desmesurado de los plásticos, así como su producción, principalmente los llamados desechables, ningunos de los estados del país hicieron algo que propiciara la participación de todos los mexicanos en esta misión global.

No es posible que nadie en este país haya organizado acciones contundentes para aminorar este problema de contaminación que afecta no sólo a la naturaleza sino también la salud de los todos los seres vivos. El gobierno de Yucatán bien pudo elaborar propuestas de acción ejecutiva que fomenten una cultura ambiental entre la población en general o el congreso estatal formular planes de gestión municipal que permitan un mejor control de los desechos plásticos o la secretaría de educación promover proyectos de educación ambiental para todas las escuelas de todos los niveles. Pero no, el DMMA pasó por Yucatán sin celebración de ningún tipo. Ya no sirven los discursos conmemorativos, ni los mensajes inconsistentes, ni las reuniones protocolarias. Se requiere de acciones ejecutivas, legislativas y educativas para el tamaño del problema, que es global y urgente.

Para finalizar, habrá que tomar en cuenta los siguientes datos sobre el problema de los plásticos, por lo menos como difusión: además de los 500 mil millones de bolsas de plástico que usa el mundo cada año, alrededor de ocho millones de toneladas de plásticos van a dar al mar en el mismo lapso; en los últimos 10 años, ha sido producido más plástico que en todo el siglo XX; la mitad de todo el plástico que usa el mundo es desechable; todo el mundo compra un millón de botellas de plástico cada minuto, y, de todos los residuos que genera la gente del planeta, el 10 por ciento es plástico. Ojalá que las organizaciones públicas, privadas y sociales consideren estas referencias para diseñar proyectos y programas que aminoren el impacto ambiental negativo que producen los plásticos, ojalá.

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