Krauze o "La historia soy yo"

Felipe Escalante Tió
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Jueves 24 de mayo, 2018

Seguramente en las próximas semanas estaré leyendo [i]El pueblo soy yo[/i], el libro más reciente de Enrique Krauze, de quien antes he revisado [i]Siglo de Caudillos[/i], obviamente su serie [i]Biografía del poder[/i] y [i]La presidencia imperial[/i]. Krauze es uno de los más grandes difusores del conocimiento histórico que ha tenido México; se podrá no estar de acuerdo con él, pero se le debe reconocer que ha tenido un papel relevante desde finales de los años 80 del siglo pasado.

[i]El pueblo soy yo[/i] es, más que la “lectura obligada frente al momento electoral por el que transita México”, como sugiere la Coparmex, es un libro de coyuntura. Su valor está asociado exclusivamente a estos meses. Después será el testimonio de cómo un intelectual se prestó a desempeñar el papel de oráculo frente al proceso que hoy vivimos; papel en el que estamos metidos muchos.

Sin embargo, Krauze está aprovechando la edición para realizar una gira, un circuito promocional, para desempeñar también un papel político; en este caso advertir contra Andrés Manuel López Obrador. El velamen de la gira es su crítica al populismo en Latinoamérica, particularmente el caso venezolano; y su vela mayor pretende ser la advertencia sobre el futuro, pues uno de los capítulos del libro lleva por título precisamente “El mesías tropical”, en realidad un ensayo publicado originalmente en la revista [i]Letras Libres[/i] hace ya 12 años; pocos días antes de la cuestionada jornada electoral de la que Felipe Calderón Hinojosa salió como presidente.

Independientemente de que se trate de un texto reciclado (uno de tantos vicios del Hommo academicus), el mayor defecto de encontrarlo hoy día es que no aporta algo novedoso al ambiente político. Todo lo dicho por Krauze en 2006 era algo ya sabido por la ciudadanía en 2018; desde su formación política en Tabasco, la falta de transparencia de su gobierno en el entonces Distrito Federal, su concepción del derecho y del ejercicio de gobierno.

Krauze acierta por un lado: a nivel global, el concepto de democracia liberal atraviesa su crisis más grave en más de dos siglos. Eso es un diagnóstico, pero no basta para entender las causas de esta crisis. El totémico Krauze ha fallado al evitar siquiera plantear una hipótesis sobre el triunfo de lo que llama populismo: ni Chávez, ni Donald Trump, ni el acotamiento a Podemos, en España; menos aun cómo en México, sabiendo lo que se sabe sobre AMLO, su candidatura parece imparable, y menos cuando también ha recibido el respaldo de personalidades más que cuestionables, por decir lo menos.

Personalmente, creo que la democracia liberal nos ha conducido a una severa crisis de representación: los partidos tradicionales se perciben, a nivel mundial, como las organizaciones de “la mafia en el poder”, y hemos crecido con esa imagen. De mi niñez, por ejemplo, recuerdo que ya decíamos en la primaria que el PRI quería decir Partido de Rateros Incorregibles.

Dice el director de Editorial Clío que “en México hay una crisis de violencia, impunidad, corrupción e inseguridad, pero los problemas económicos de México no son tan graves como los habría si existiera el poder absoluto en el Presidente”.

¿No es tan grave tener a la mitad de la población en la pobreza? Si eso no es un indicador de la marcha de nuestra economía, y el fracaso de un modelo de gobierno, si eso no es grave, algo estamos entendiendo mal. Por lo demás, corrupción, impunidad, desigualdad e inseguridad son indignantes. Ese es el atractivo de un político que, al menos en el discurso, se presenta como anti sistema.

Esa es la clave: en 30 años, el modelo económico y político creó pobres, no ciudadanos. Tal vez AMLO gane claramente; tal vez la diferencia con el segundo lugar no sea muy grande. Lo que es cierto es que quien resulte ganador difícilmente tendrá legitimidad.

“Ninguno de ustedes tiene la menor idea de qué puede hacer el poder absoluto, ni yo tampoco”, sentenció Krauze ante la Coparmex de Mérida. Tal vez no, pero la enunciación se escucha extraña cuando viene de un hombre cuya presencia en los medios inició en el gobierno del último mandatario que, según él mismo, ejerció la presidencia imperial.

[b]Colofón[/b]

¿A quién representaban tres de los cuatro candidatos a gobernador en Yucatán con un discurso condescendiente ante el equivalente mexicano del Ku Kux Klan, mejor conocido como Frente Nacional por la Familia?

Cuando una organización pretende impedir que otras personas, por motivos de color de piel, discapacidad, nacionalidad, lugar de nacimiento, credo religioso, ingresos económicos, y demás, dejen de ejercer un derecho consagrado por organismos internacionales, la propia Constitución mexicana y las leyes locales, es un grupo de odio.

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