¿Es la UADY autónoma?

René Ramírez Benitez
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Miércoles 4 de abril, 2018

Parte de las “leyendas” urbanas que suenan en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Yucatán, es la injerencia política a esta importante casa de estudios. Siempre se ha señalado y denunciado que representantes estudiantiles tienen estrechas relaciones con partidos políticos, y con ello se introducen algunos intereses político-partidistas a la agenda educativa de una de las instituciones académicas más importantes de la región. Ello nos hace reflexionar sobre los alcances de la palabra “autonomía” en dicha universidad. Podemos ampliarla y que se circunscriba a lo constitucionalmente marcado, sino a las cuestiones fácticas respecto a agendas políticas y como es imperativo mantener esa autonomía sobre una participación partidista directa en la universidad. Es deber de todas las autoridades universitarias y de la sociedad en general, mantener la imparcialidad político-partidista de la institución, y sostener una educación superior que permita una pluralidad de ideas, y que dichas posiciones ideológicas no estén determinadas por la injerencia partidista dentro de la universidad.

¿Por qué comento esto? Un grupo de jóvenes pertenecientes a la Facultad de Derecho de la UADY, liderados por Mario Luna, expresaron por redes sociales su inconformidad al enterarse que Raúl Preciado, presidente de la sociedad de alumnos de dicha facultad, fue nombrado coordinador estatal juvenil de la campaña de José Antonio Meade. Ante ello, dicho grupo de estudiantes tiene una inquietud legítima, ¿estamos ante un descaro de la apropiación partidista de Facultad de Derecho de la UADY?.

Tuve oportunidad de conversar con Raúl Preciado sobre este fenómeno, y me índico que su ahora encomienda política “será paralela y no convergente” a su puesto como representante estudiantil. Sin embargo, él no alcanza a entender el desacierto que dicha decisión nos deja ver. Porque nos deja ver que el priísmo siempre estuvo ahí, latente, vivo, presente en un espacio donde se debe mantener ajeno el espectro partidista. Porque entonces estamos viendo que cuna de burócratas partidistas, en lugar de líderes.

Porque esta situación podría reflejar un claro conflicto de interés, no en una denominación formal, sino en los alcances éticos que tiene que un representante estudiantil de una universidad autónoma, se convierta en un actor partidista directamente. Porque es reflejo de la realidad tras bambalinas; materialización de lo que se susurra en los pasillos y en las leyendas urbanas, ¿es lo anterior, un claro ejemplo de algo tan grave como el secuestro de la facultad de derecho por un partido político? Yo creo que todavía no se llega a al punto, pero está en vías de serlo.

Raúl Preciado debe entender que esto es sobre los alcances éticos de su incorporación a una campaña política, mientras se encuentra en funciones como representante estudiantil, y sobretodo, dentro de una universidad que es sujeto obligado en el buen desarrollo social y económico del estado. Porque el problema ahora son las formas y el fondo. Creo que el joven líder estudiantil no es el problema, sino que estamos ante algo delicado que es mantener la completa autonomía partidista de la universidad, y la participación de el presidente de la sociedad de alumnos en una campaña, no abona a mantener un panorama positivo en este tema. Porque como dicen por ahí: no hagas cosas buenas que parecen malas.

Ello nos lleva a otro tema sumamente complejo y preocupante: la rendición de cuentas y la transparencia por parte de la Sociedad de Alumnos de la Facultad de Derecho de la UADY. Dicho órgano representativo, ejerce 267,000 pesos que son recursos públicos. Todos esos recursos, no están siendo aclarados y comprobados como parte de su administración estudiantil. Es imperativo, que se genere una cultura de rendición de cuentas de la sociedad de alumnos, y toda su comunidad pueda tener acceso a la comprobación de los gastos que genera su representación. Debemos aclarar, que no sólo es deber de la sociedad antes mencionada, sino de todos los estudiantes exigir que sus representes tengas cuentas claras respecto al dinero que se utiliza en algo tan importante como son las actividades académicas y recreativas.

Vemos que la vida estudiantil en las universidades es reflejo de la vida pública de nuestra entidad, y es tiempo de que los jóvenes asuman el rol que les corresponde.

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