Hacking Team, el escudo en las sombras

Eduardo Lliteras Sentíes
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Domingo 4 de febrero, 2018

El Escudo Yucatán tiene dos caras, comoJano, el dios romano, que veía el pasado y el futuro, aunque en este caso, se trata de ver únicamente lo que la autoridad quiere que veamos. Y sepamos.

Una cara, pública, pregona la seguridad y la vigilancia para mantener a “raya” a los malandros y nos dice que las cámaras instaladas por toda la ciudad, los drones que sobrevuelan Mérida, son para “cuidarnos”. La otra cara, menos conocida y negada públicamente, se utiliza para labores de espionaje y control político. Es el gobierno en las sombras, que monitorea a políticos, periodistas, activistas y demás fauna en el radar del interés de quienes gobiernan y de su régimen “democrático”.

Muchos han advertido que con la justificación de la seguridad, alrededor del mundo se está instaurando un estado policiaco, dotado de cámaras en calles, plazas, sitios públicos y de tecnologías capaces de invadir lo más íntimo de nuestras vidas a través de computadoras, tabletas y teléfonos, sin que nos demos cuenta si quiera, lo que es aún más aterrador. O sin que podamos hacer nada, o gran cosa, salvo procurar cuidar nuestra privacidad de todos estos utensilios y aprender elementos básicos como navegar en la web oscura.

Uno de los problemas con el espionaje justificado todos los días en beneficio de todos, fue irónicamente planteado por Plutarco, quien dijo “quis custodiet, ipsos custodes”, es decir, quién vigila, a los vigilantes.

Quién los supervisa, qué cuerpo ciudadano, colegiado, observa que se dé un buen uso al inmenso aparato de vigilancia que no ha cesado de crecer en el actual gobierno yucateco con la justificación de la seguridad, tema indudablemente de total interés público, pero del que también se puede hacer mal uso, inclusive para delinquir.

Evidentemente, ni las cámaras empresariales o alguna organización civil, hasta ahora, ha solicitado tener acceso a dichos sistemas, y mucho menos, tener alguna supervisión o control, lo cual de por sí es un tema delicado, no cabe duda.

Pero es claro que este tema no puede quedar en manos únicamente de los elegidos en turno por cada gobierno y de sus operadores políticos, que mueven hilos en las sombras con intereses totalmente ajenos a la “seguridad” propalada, de forma sistemática.

Es un tema que escapa por completo, por ejemplo, a los consejeros del INAIP, a sus capacidades e intereses personales, no cabe duda. En total oscuridad, en completo silencio, quedó la revelación bien documentada que hicimos de los sistemas de espionaje adquiridos durante el gobierno de Rolando Zapata Bello a la italiana Hacking Team, con sede en Milán, ciudad a la que viajaron no sólo el gobernador, sino varios personeros de la actual administración, quienes visitaron a Marisela Morales Ibáñez, designada precisamente por el entonces secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, cónsul de México en Milán, Italia. La ex titular de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) de la PGR y ex procuradora General de la República con Felipe Calderón fue su anfitriona y su guía en la capital financiera, tecnológica y de la moda de Italia en al menos un par de viajes al norte de ese país.

En su momento, en primicia, dimos a conocer que la plataforma Wikileaks de Julian Assange puso a disposición de los ciudadanos y periodistas aproximadamente un millón de correos electrónicos de Hacking Team. Hablamos de correos internos del personal y dirigentes de dicha empresa así como de conversaciones con clientes y socios en los que se muestran detalles de los negocios de Hacking Team en Yucatán y en otros Estados, los productos vendidos, los costos, la instalación, los viajes, las asesorías proporcionadas, viáticos así como detalles personales de los empleados de la empresa que viajaron a Mérida. También, a través de la revisión a fondo de miles de correos en diversas lenguas, descubrimos detalles de las negociaciones con el Gobierno de Yucatán, confirmándose su adquisición por parte de la actual administración del gobernador Rolando Zapata Bello y la ubicación de los equipos –en aquel entonces en la colonia Gonzalo Guerrero-.

Claro, el gobierno estatal ha negado, sistemáticamente, la adquisición de dichos equipos, a pesar de que se sabe perfectamente que dichas tecnologías sólo las pueden adquirir gobiernos, previa autorización del largo tentáculo del Pentágono, por cierto.

En la revisión realizada por Infolliteras.com de 551 correos electrónicos con referencia directa a Yucatán (y 9363 a México), comprobamos que el Gobierno de Yucatán aparecía como “cliente” y la empresa “Élite by Carga SA de CV” como “partner”, es decir socio e intermediario en la adquisición del equipo de espionaje ofensivo que puede inclusive controlar a distancia celulares y computadoras para grabar conversaciones e imágenes del entorno en tiempo real, así como tener acceso a toda la información disponible en chats y conversaciones.

Desde que dimos a conocer dicha información, sobre la presencia en Yucatán del Remote Control System conocido también como Galileo, han surgido nuevas informaciones sobre tecnologías y herramientas de espionaje utilizados por gobiernos extranjeros y por el mismo gobierno mexicano a nivel federal, pero también por los gobiernos de los estados.

Por ejemplo, Wikileaks dio a conocer nuevos documentos robados a la CIA y etiquetados con el nombre de Vault 7. En esos documentos se dan a conocer herramientas de espionaje, malware, como el marco multifuncional llamado “CherryBlossom” diseñado para descifrar los enrutadores utilizados principalmente en hogares, lugares públicos y pequeñas empresas, según explican expertos en la materia.

En pocas palabras, "CherryBlossom proporciona un medio para monitorear la actividad de Internet. Los enrutadores caseros son particularmente vulnerables porque la mayoría son comprados, instalados y luego nunca más vistos por el dueño”, advierten.

Pero estos son sólo ejemplos de lo que está sucediendo en la oscuridad, tras bambalinas. Y el gobierno de Rolando Zapata está por irse sin haber aclarado y transparentado la adquisición y uso de sofisticados equipos de espionaje. Ni sus fines inconfesables.