El PRI, sus héroes y los "huaches"

Felipe Escalante Tió
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Lunes 22 de enero, 2018

Papel amarillento, frágil por lo reseco, incluso las páginas, que deben manejarse con guantes ante el posible daño que se le pueda causar, ya están rotas a la mitad, por haber estado dobladas por muchos años. Sin embargo, tras el cubrebocas y los lentes se encuentra la síntesis del personaje que el historiador buscaba:

[i]Como si no todos supiéramos que sí es yucateco por haberse avecindado, desde muy niño, en Yucatán, porque aquí en esta ciudad de Mérida hizo sus estudios, aquí alcanzó su título profesional, aquí fundó su hogar, aquí nacieron sus hijos, aquí tiene á sus amigos y aquí por fin ha desplegado su actividad y sus energías en el comercio, en la prensa y en el foro, de manera que su noble corazón late y palpita con el gran corazón del pueblo yucateco.[/i]

Estas líneas se encuentran en el semanario Renacimiento, del 26 de agosto de 1911 y hacen referencia al entonces candidato a gobernador José María Pino Suárez, quien toda su vida se presentó como yucateco, pese a que sus enemigos políticos continuaron señalándolo como tabasqueño incluso después de su muerte.

A Pino Suárez, como periodista, se le debe una enérgica denuncia de las condiciones de trabajo para los sirvientes en las haciendas henequeneras. Su periódico, El Peninsular, enfrentó un boicot de anunciantes promovido por las buenas conciencias yucatecas que lo acusaron de “no comprender las particularidades de Yucatán, por no haber nacido aquí”.

Hace pocos días, un portal noticioso difundió que Mauricio Vila no es nacido en Yucatán y es huach, como si esto fuera un defecto o impedimento para aspirar al cargo al cual hoy es candidato. Es una pena que el dinero para propaganda se destine a spots con tan poca imaginación y tan ajenos a la realidad actual de Yucatán. Sin duda, como estratega de campaña, Antonio Solá está sobrevaluado y el PRI le paga demasiado.

Porque si algo ignoró esta supuesta nota es la composición social de Yucatán. Cinco años como “el estado más seguro” y la calidad de servicios como la educación superior y la salud, han tenido como efecto la atracción de gente nacida en otros estados llegue a establecerse, a rehacer su vida, estudiar una profesión y ejercerla, emprender negocios y dar empleo a yucatecos. Yucatán, como muchos otros lugares del mundo, es un estado de migrantes.

El localismo trasnochado que exhibe Carlos Sobrino Argáez, presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, al querer deslindar a su partido de este ataque a Vila Dosal, seguramente jugará en su contra. En lugar de ofrecer a los nuevos yucatecos un estímulo para refrendar en las urnas su decisión de haber llegado a vivir al estado atraídos por la obra de este gobierno, prácticamente les dice que a causa del “pecado original” de no haber nacido en Yucatán, serán ciudadanos de segunda, sin importar cuánto hagan por la prosperidad de su nuevo hogar.

A lo lejos, volvemos a ver un PRI yucateco que ignora su propia historia. ¿Cómo puede pasar por alto el origen del mayor revolucionario que dio Yucatán -si es que sigue afirmándose como el partido heredero de la revolución de 1910 –nació precisamente “fuereño”?

Envolverse en la bandera de las cinco estrellas, comer frijol con puerco los lunes y desayunarse un francés de cochinita los domingos es un mero disfraz que para el electorado ya no cuenta. Que el candidato haya nacido en Tenosique, la Ciudad de México, Tixkokob o Espita, no es garantía de que será un mejor gobernante.
Esperamos, pues, la presentación de planes para el desarrollo del estado.

[b][email protected][/b]