¿Será el Congreso de QRoo la próxima mayoría que pierda Morena?

Hugo Martoccia
Foto: Facebook Edgar Gasca
La Jornada Maya

Lunes 19 de agosto, 2019

La solidez de Morena como proyecto político en los estados tiene poco que ver con su fidelidad nacional a Andrés Manuel López Obrador. Como [i]La Opinión[/i] publicó semanas atrás, hasta hoy, ya ha perdido ocho de los 19 Congresos locales que ganó en la elección de 2018. Eso quiere decir que en muchas entidades el partido es débil y vulnerable.

En los últimos días la situación de Morena en Quintana Roo ha sido tan extrema, que queda claro que si el partido no frena el proceso de perredización en el que se ha enfrascado, Quintana Roo será el próximo Congreso en donde perderá la mayoría.

La perredización del partido debe entenderse como el proceso en el cual las corrientes internas se vuelven más importantes que el todo. En este momento, por ejemplo, un colectivo que podría llamarse el “marybelismo”, en referencia a la senadora Marybel Villegas, ha decidido que todos los espacios de poder de Morena deben ser suyos, o de nadie. Así de categórico.

La elección de Edgar Gasca como coordinador de la bancada morenista en la próxima Legislatura es el primer gran triunfo de la senadora. Sin embargo, esa victoria, que en algún otro partido hubiese generado la idea de buscar equilibrios mediante otras posiciones para otros referentes, aquí fue el inicio para que la ambición se desbocara.

En las horas siguientes a la decisión de que Gasca sería el coordinador, los morenistas cercanos a Marybel decidieron que también era muy importante quedarse con la secretaría general del Congreso.

Durante la reunión de los diputados electos con la presidente, Yeidckol Polevnsky del pasado miércoles, la dirigente mencionó el nombre de Arturo Castro para esa estratégica posición, en la cual están concentrados los temas administrativos y financieros de la Legislatura, entre otros. En ese momento, los diputados electos no pusieron ningún reparo.

Sin embargo, el “marybelismo” ya no quiere soltar ese espacio, que considera fundamental para consolidar su poder y su manejo del Congreso, y además no quiere aceptar nada que venga de Yeidckol. La situación llegó a un punto tan extremo, que ese sector comenzó a impulsar para esa posición al asesor de Laura Beristain, Marciano Peñaloza.

Todo un amplio sector del morenismo (y también del oficialismo, donde es persona non grata) considera a Peñaloza un experto en crear incendios políticos para luego presentarse como el bombero idóneo. Su designación como secretario general sería casi una declaración de guerra del “marybelismo” hacia todos los demás, incluidos a propios grupos del morenismo.

El último dato al respecto, es que el marybelismo prefiere que desaparezca de la ley la figura de la Secretaría General, antes que dársela a alguien que no sea de su grupo. En los demás partidos han minimizado ese intento fuera de proporción. Lo que la Secretaría General hace, lo debe llevar a cabo alguien, han dicho.

El “Maybelismo” también quiere, por si fuera poco, la estratégica Comisión de Hacienda, Presupuesto y Cuenta para uno de los suyos. Para ese puesto suenan Erika Castillo, vinculada al Sindicato de Taxistas y la ex priísta, Tepy Gutiérrez. Comandadas ambas por los ex borgistas Marybel Villegas y Edgar Gasca.

Parece un escenario surreal, si no fuera casi trágico.

[b]La rebelión morenista[/b]

Se sabe que Edgar Gasca alcanzó un triunfo muy ajustado para quedarse con la coordinación; fueron cinco votos a favor contra cuatro en contra. Su triunfo obedece, en gran parte, a la falta de disciplina y experiencia política de los “morenistas puros”.

Por ejemplo, uno de los sufragios que apoyó a Gasca es el de Fernanda Trejo. La diputada electa por el distrito 7, llegó a esa candidatura por la voluntad de la alcaldesa Mara Lezama en un acuerdo con Rafael Marín. Ningún otro motivo había para poner a Fernanda ahí, pero ahora ella ha decidido que ya no quiere esa vinculación política.

Fernanda Trejo, responde ahora al síndico de Solidaridad, Omar Sánchez Cutis. Cutis tiene, quizá, un récord histórico en Quintana Roo: fue el síndico que más rápido traicionó a su partido. Desde el minuto uno de la gestión de Laura Beristain, se alió a los grupos que han querido desestabilizar ese gobierno. Esa es una de las mejores muestras de lo que hoy es Morena en Quintana Roo.

(Una digresión aquí: Laura Beristain no necesita que nadie le genere ingobernabilidad; puede hacerlo por sí misma sin ninguna ayuda. Pero ese es otro tema)

[b]¿Se mantendrá Gasca?[/b]

La pregunta ahora es si Gasca llegará al tres de septiembre, día de la instalación de la nueva Legislatura, con el apoyo para ser el coordinador de Morena. Varios diputados que estuvieron en la reunión con Yeidckol, dicen que allí sólo fue hecho un acuerdo de palabra. De hecho, no hay un documento, ni una minuta firmada.

Sin embargo, hay más aún, la reunión estuvo coordinada por Leonel Godoy, que había sido nombrado secretario de Organización, pero la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia desconoció ese nombramiento. Según algunos diputados, eso es suficiente para impugnar todo.

Un dato casi de color: en la reunión para decidir la agenda, los diputados se reunieron con Francisco de la Huerta. Luego, en el encuentro para decidir coordinador, lo hicieron con Leonel Godoy. Al momento de las reuniones, ninguno de los dos podía llamarse secretario de Organización del partido: uno había sido removido de su cargo, y el nombramiento del otro no era estatutario. Cosas que pasan en Morena.

[b]El futuro de Morena y el lopezobradorismo[/b]

La situación ahora parece más complicada de lo que estaba, incluso antes de que hubiera un coordinador votado. Edgar Gasca, incluso, tuvo que suspender una conferencia de prensa que iba a dar este lunes, porque varios de sus compañeros no le confirmaron su presencia.

Iba a ser la primera presentación del coordinador de bancada, pero sin los diputados que debe coordinar.

En el oficialismo estatal sólo disfrutan a la distancia de este espectáculo de poder y ambición. Fuentes dignas de crédito dicen que cinco de los 15 diputados del lopezobradorismo (Morena, Verde, PT) tiene contactos asiduos con operadores del oficialismo.

Y es lógico. En un contexto en donde un solo grupo se quiera imponer a los demás, no hay posibilidad de que ese bloque se mantenga unido. En esta columna fue comentado varias veces: ¿De qué le serviría a Mara, por dar un ejemplo, que bajo las siglas de Morena se esconda un bloque de poder plenamente “marybelista”? La respuesta es que no sólo no le serviría, sino que sería un verdadero riesgo para ella.

La alcaldesa de Cancún, y cualquiera en su circunstancia, estaría mucho más cómoda con un bloque dividido, que necesitara del oficialismo estatal para los acuerdos, y que mermara el poder de una adversaria interna que ha demostrado que va por todo, le pese a quien le pese.

Como están las cosas, si la unidad del lopezobradorismo es la unidad que quiere Marybel Villegas, el rompimiento de ese frente político es apenas una cuestión de días.

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