Se buscan regalos

Jhonny Brea
Foto: Fernando Eloy
La Jornada Maya

Viernes 10 de mayo, 2019

En estos días, con excepción del calor, la única certidumbre existente es que, si convocara a una marcha para protestar contra el Día de la madre por ser una festividad sexista y discriminatoria, asistiría menos gente que la que se manifestó contra AMLO, y terminaría sintiéndome más abandonado que dirigente del PRD.

No es que pretenda volverme antisistémico, pero la presión para festejar a la propia progenitora, más la esposa, la suegra y toda la parte de la familia con la calidad de madre, tiene un cariz muy próximo a la violencia sicológica, económica, mobbing, emocional y sexual. A fin de cuentas, todas apuntan a la misma cartera para su regalo, y ninguna acepta a estas alturas que declame [i]Mamá, soy Paquito[/i], les cante [i]Señora, señora[/i], les baile [i]El ratón vaquero[/i] o que les entregue una foto pegada en un marco de abatelenguas. Y como bien dijo el gran sabio, mientras más burros, menos olotes.

Debo confesarles que en esta ocasión ya veo mis opciones muy reducidas. Estaba decidido a cocinar un pavo que está haciendo tiempo extra en mi congelador. Ustedes saben, apostar por mantenerme en las labores propias de mi sexo. Luego recordé que la última vez que utilicé el horno falló el quemador y el pirex que había metido estalló ahí adentro, causando un estropicio de antología. A nadie le deseo una experiencia similar. Se podrán imaginar que la limpieza de la estufa pude haberla ofrecido como penitencia de Jueves Santo, y después me la pasé retirándome las astillas incrustadas en mis rodillas, bajo la mirada condenatoria de La Xtabay.

Ya había pensado en llevarlas al Kukulcán, aprovechando que los Leones están en casa. Desgraciadamente, no a todas les gusta el beisbol y mi adorada sigue molesta porque el equipo no mantuvo a Alex Liddi siquiera por un mes. Según ella, ese es el motivo de la mala racha inicial de los melenudos y tanto ella como su grupo de amigas dicen que no van a ir por un tiempo, alegando que la directiva no piensa en la afición femenina.

Por lo pronto, el presente para mi dulce tormento está asegurado. Su medicamento para la presión ya lo encontré en oferta en La Europea. Mientras nadie le indique que cambie a pura malta, vamos de gane. Por supuesto, tuve que sacar el aplomo de macho omega grasa en pecho, espalda peluda, nalga de tablón, abdomen de lavadora y bebedor de cerveza light para platicar con La Cutusa y El Kizín. Ambos estuvieron de acuerdo en aportar su gastada de esta semana. A fin de cuentas, aunque se queden sin ir a la tiendita de la escuela, los dos saben muy bien que la chancla no es tan fuerte después de un jaibol.

Total, me la he pasado haciendo cálculos, cual si fuera un honrado empresario gasolinero frente a una visita sorpresa de inspectores de la Profeco exigiendo documentación del establecimiento. Si mis finanzas sobreviven, me encontrarán llevándole flores a la virgen una de estas tardes.

[b]Macho omega que se respeta[/b]

A todas estas, mi cocina ha estado sufriendo bajas sensibles, así que estoy considerando seriamente la posibilidad de abrir una mesa de regalos en Almacenes Ánfora, tomando en cuenta que el próximo mes cumplo años. Se aceptan también todos los electrodomésticos que sus mamacitas rechacen el día de hoy. Yo sí los necesito y prometo darles buen uso.

[i]Mérida, Yucatán[/i]
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