La importancia del arte en la educación

Óscar Muñoz
Foto: Juan Manuel Valdivia
La Jornada Maya

Martes 23 de abril, 2019

De acuerdo con las definiciones reconocidas en diccionarios y enciclopedias, el concepto de arte refiere la manifestación de la humanidad que expresa una visión personal de las exterioridades de la sociedad y las interioridades de individuo. Para expresar esta visión, el ser humano utiliza recursos plásticos, lingüísticos y sonoros. Sin embargo, aun reuniendo todas las definiciones de arte existentes a lo largo de la historia, no sería posible determinar un significado preciso de este concepto.

En cuanto a los recursos que ha utilizado el hombre en el arte, cabe destacar que los plásticos han formado parte de la vida de la humanidad, según lo representado en las pinturas rupestres de la prehistoria, además de las formas esculpidas en las cavernas como medios para difundir ideas y hasta visiones de la belleza. El arte también ha participado en la historia a través de la literatura, tanto en su formato original de tradición oral como en las grandes obras escritas. De igual manera, la música ha sido vínculo entre las civilizaciones de cada época y a lo largo de la evolución humana. Por su parte, el teatro ha sido para muchos una sumatoria de la literatura, la música y el arte plástico.

Al igual que muchas otras creaciones del hombre, como la ciencia o la religión, el arte ha sido útil para expresar significados, sentimientos, sensaciones, pensamientos, ideologías, creencias y poder. El arte es más que una obra artística, más que un objeto estético; es la comprensión y representación del ser humano en una época determinada, lo que valora y desprecia, lo que devela u ocultar a los demás según su visión. Además de lo que representa, el arte es un medio de difusión y de influencia social. Como la historia, el arte busca descifrar las complejidades humanas y señalar sus descubrimientos.

Como una de las manifestaciones más elevadas de humanidad, el arte es uno de los componentes fundamentales en la evolución del ser humano al expresar la visión personal del mundo externo e interno del hombre. En este contexto, como ha sido demostrado científicamente, el arte, desde su edad temprana, ha cultivado en el ser humano una sensibilidad que ha permitido desarrollar una sólida ética en su vida adulta. De aquí que resulta imprescindible incorporar el arte en los planes de estudio desde la educación primaria hasta la superior para formar individuos con una sensibilidad que favorezca la elevación del espíritu humano y, con ello, conocer mejor su mundo interior sin dogmas y con criterio social.

Pero ¿qué beneficios concretos podrían ofrecer los contenidos educativos correspondientes a las artes? Las ventajas son varias y diversas. Por ejemplo, la música permite desarrollar la capacidad de concentración, profundizar la interioridad personal, ampliar la percepción auditiva y agudizar el sentido del ritmo. En el caso de los contenidos relativos a la literatura, contribuyen en el desarrollo del pensamiento, en el enriquecimiento del lenguaje, en la transmisión clara y precisa de las ideas y los sentimientos.

Respecto de las demás artes, como las visuales, los contenidos referidos a éstas impulsan complejos procesos creativos, en los que los niños transforman diversos elementos de su experiencia en un todo con nuevos significados. En estos procesos, los niños seleccionan, interpretan y reafirman tales elementos a través del dibujo, la pintura o la escultura y ofrecen una parte de sí mismos: sus pensamientos, sus sentimientos y sus visiones.

Los contenidos de aprendizaje referidos al teatro permiten desarrollar la creatividad no sólo individual sino grupal; además, estimula la integración social a través del juego dramático al generar vínculos con los demás y disparar la confianza individual. En cuanto a los contenidos de danza, éstos también promueven el trabajo en equipo, lo que favorece valores como la solidaridad, el respeto a la diversidad, la tolerancia, la cooperación y la valoración de la identidad personal y social.

Es importante aclarar que los contenidos de aprendizaje de las artes no pretenderían formar artistas, sino personas que aprecien las expresiones artísticas, sin descartar la posibilidad de que alguno resulte un auténtico artista o, por lo menos, algún ejecutante. En el campo musical, por ejemplo, no todos los melómanos son músicos, aunque todos ellos aprecian la música; en el de las artes visuales, los coleccionistas de arte o los cinéfilos no son necesariamente pintores o cineastas, muchos tan sólo son personas que valoran estas artes, y en la literatura, no todos tendrían que ser escritores para gozar del placer de la lectura de ficción.

En conclusión, el arte en la educación parece ser tan importante como saber de matemáticas y ciencias naturales o sociales. Con los contenidos de arte en los programas educativos, los niños y jóvenes aprenderían, más allá de la estética de las obras, a ser tolerantes y abiertos; serían creativos en sus diversas formas de expresión, y aumentarían la confianza en sí mismos al participar en trabajos individuales y colectivos. Con todo lo anterior, mejoraría, sin lugar a dudas, el rendimiento académico en general.

Sólo queda insistir ante la institución educativa, federal y estatal, la necesaria incorporación de contenidos educativos de las artes en los planes de estudio y programas educativos de todos los niveles escolares. No conviene, desde ninguna óptica, mantener la simulación de la educación artística en las escuelas; luego entonces, habrá que apoyar desde todos los frentes, tanto de la educación formal como de la no formal, la formación de futuros ciudadanos con criterio amplio, crítica propositiva y creatividad en todos los aspectos de la vida.

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