La Francia frustrada

Jhonny Brea
Foto: Reuters
La Jornada Maya

Miércoles 17 de abril, 2019

Ya no sé si lo que necesito es una semana internado en el Centro de Atención Naturista y Terapia Integral de la Neurosis Ansiosa (Cantina), unas vacaciones, o me faltó que AMLO anunciara que el siguiente programa social de la 4T será un apoyo por 80 litros de gasolina al mes para toda persona con licencia de conducir, o que inicie un movimiento contra el dichoso horario de verano.

Con eso de que ya bajó Kukulkán, se terminó el cruel invierno peninsular que durante cinco días nos obliga a ponernos un suéter que huele a humedad por encima de la guayabera y entramos a la temporada de más calor. Digo, en este punto de la geografía americana tenemos dos estaciones: la de un calor horrible y la de un calor todavía más insoportable. Lo grave es cuando se acerca la Semana Santa, pues tal parece que todos conspiran para que algo salga mal, empezando por la SEP y la Segey, que dicen que por usos y costumbres sueltan a los niños de las escuelas mientras uno tiene que seguir trabajando.

A todas éstas, me llegaron invitaciones para boicotear los hoteles del sultán de Brunei. Se me hace que la convocatoria me la envió alguien que cree que soy huésped potencial, porque si a esas vamos, por supuesto que los boicoteo, si no tengo para alojarme ni en Tekax.

Para colmo, en casa se desató el drama. Andaba tranquilamente lavando las ollas de la comida (ustedes saben, las labores propias de mi sexo) cuando empecé a escuchar llantos y ayes. Fui a ver qué causaba tal conmoción y me encontré a La Xtabay y La Cutusa abrazadas, llorosas y compungidas. “Ya no voy a conocer Mi Notre Dame”, decía una; “y yo que estaba juntando para Mi departamento en el cinquieme arrondisement”, completaba la otra.

Ahí me atreví a sugerir que si ya no hay motivo para comprar el departamento, ese dinero se puede usar para irnos de vacaciones. En ese momento colapsaba la aguja de Notre Dame y creo que me salvé de que me dijeran alguna lindeza en francés.

“Tanta literatura que inspiró”, lanzó La Cutusa, que si sabe de Notre Dame es por Disney y no por Víctor Hugo. A ver si consigo los libros de Los Pardaillan de Miguel Zévaco para que se entretenga en vacaciones. En eso se apareció El Kizín, al que sólo se le ocurrió abrir la boca para decir que “la única iglesia que alumbra es la que arde”. Como se podrán imaginar, se hizo un silencio incómodo y dos miradas sacaron de la habitación al Kropotkin en miniatura, antes de que tuviera que enfrentar la chancla de palo de La Xtabay, un fabuloso artículo que le heredó mi suegra donia Ixtab, que a su vez lo recibió de su propia madre, para emplear en casos extremos.

Por supuesto que me impresionan los incendios, particularmente cuando amenazan grandes obras de arte; aun así intenté hacer acopio del aplomo de macho omega grasa en pecho, espalda peluda, nalga de viga, abdomen de lavadora y bebedor de cerveza light, y propuse que actuáramos local, yendo a visitar las iglesias de Mérida y aprender un poco de las reliquias que hay aquí; así habría algo de provecho en hacer la visita de las siete casas.

“¡Pero después nos vamos a las iglesias del Lejano Oriente!”, añadió La Cutusa. Por supuesto, le contesté que si se estaba refiriendo a Valladolid y Chemax, no habría mayor problema.

“Yo quiero ir como el general Alvarado”, gritó El Kizín asomándose y pegando la carrera en su intento fallido por esquivar la chancla que terminó impactándose en su cabeza.
Lo van a dejar más sataol al pobre.

[b]Macho omega que se respeta[/b]

Pues sí. Seguro nos ven haciendo el recorrido de las siete casas. También hay que hablar de patrimonio cultural local antes de que vuelva el fuego por estos lares.


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