Coordinación o marginación

Hugo Martoccia
Foto: Fernando Eloy
La Jornada Maya

Lunes 18 de marzo, 2019

Un selecto grupo de colaboradores pudo ver en estos últimos días la furia de Mara Lezama con las candidaturas que decidió Morena, y el destrato al que la sometió el partido. Esa furia no es ilógica: la alcaldesa es la única de los referentes electorales de ese partido que no tiene un sólo candidato en la lista de diputados.

En estos días hay quien, en ese entorno, empezó a hacer números. Mara ganó la elección con 191 mil votos; un récord histórico. Es la única que tiene los recursos suficientes para consolidar cualquier cosa parecida a una estructura electoral el próximo 2 de junio.

Hay una parte importante de verdad en todo eso. Y parte de esa verdad, también, es que no tiene ningún sentido que a la alcaldesa del municipio más grande del estado no se le den al menos un par de espacios entre los ocho distritos en los que incide Cancún. Excepto que la razón, de una parte del partido, sea quitarla de enmedio.

Los que critican a Mara, dentro del mismo partido, dicen que sus candidatos no eran buenos. ¿Lo son los borgistas Edgar Gasca, Ericka Castillo y Euterpe Gutiérrez, que se quedaron con candidaturas? ¿Es Juan Carlos Beristain el perfil de candidato y diputado que le hace falta a Morena, para ganar una elección, y luego densidad política? ¿Las candidatas de Cozumel y del distrito 14 de Chetumal, tiene algo que ver con las bases morenistas? Las respuestas a esas preguntas invalidan cualquier crítica en ese sentido.

Otra crítica que se le hace a Mara es que ella tiene el perfil menos morenista de todos los referentes, y que no se involucra con el partido. Se trata de otra cuestión discutible. ¿Algunos de los diputados o senadores, por ejemplo, pueden definirse de otra manera que no sea ex priístas o borgistas? La respuesta es no.

¿Se involucran más en el partido? Si, eso es cierto. Pero el triste papel de Morena deja claro que ese involucramiento tiene sólo objetivos personales y poco más. La construcción es que la marginación de Mara en las candidaturas tiene otras razones.

[b]Sacar las manos [/b]

Palabras más, palabras menos, esta semana Mara repitió ante diversas personas lo mismo: nadie va a tener su apoyo en la elección de junio próximo. El análisis que se hace es este: ¿Qué sentido tiene para Mara trabajar para los candidatos de Morena? Ninguno. Y no se trata sólo de una mera revancha por la situación a la que la sometieron, sino de una mirada realista de lo que será el próximo Congreso.

La alianza del joaquinismo con el PAN-PRD y PES, se ha asegurado, de una u otra forma, que en su bloque de diputados estarán Eduardo Martínez, Cristina Torres, Carlos Hernández, Lili Campos, y posiblemente otros aliados como el mismo Greg Sánchez y Pedro Pérez. Todos cuadros experimentados que serán, sin dudas, los que manden en la próxima Legislatura.

¿Que va a poner Morena? Como cuadros experimentados, ninguno. Como ADN morenista: Erick Sánchez, Reyna Duran y Alberto Batún. El resto de los morenistas que pueden llegar son priistas disfrazados que no entienden lo que es ser oposición. Y ni hablar de los nombres de los aliados del Verde y el PT, excepto, quizá, el de Roberto Erales.

Esos grupos sólo quieren llegar para participar del acuerdo de un “doble oficialismo”, que responda a Carlos Joaquín cuando haga falta, y a López Obrador en sus reformas constitucionales.

Si se ve con detenimiento ese cuadro de situación, no tiene ningún sentido para Mara apoyar al morenismo en bloque. Lo más lógico es que hiciera un acuerdo con Carlos Joaquín para apoyar a candidatos diversos. O, directamente, sacar por completo las manos, y dejar que la elección transite su camino con ella sólo como espectadora.

En este momento, una parte importante de su entorno cree que esa es la mejor opción.

[b]El riesgo de apoyar a Morena[/b]

Lo que todo alcalde busca es tener un Congreso amigable, que no utilice las Cuentas Públicas del Ayuntamiento para presiones políticas o para cosas peores. La pregunta es, entonces: ¿Quien le garantiza a Mara un Congreso amigable?.

O digámoslo de otra manera. ¿Por qué Mara apoyaría a un candidato de su partido, que claramente responda a personas que no la quieren allí, como se lo han demostrado estos días?.

Por dar unos ejemplos. Los candidatos de Marybel Villegas o José Luis Pech ¿serían diputados “amigos” de Mara? Difícilmente. Sólo hay que ver lo que el propio morenismo le ha hecho a los gobiernos municipales de su partido en Solidaridad y Othon P. Blanco por sus luchas internas de poder.

Los sumieron en la ingobernabilidad y el caos. Y el riesgo es que no paren hasta que logren quitarlos de en medio, del modo que sea. Ese es el espíritu interno de la cúpula de Morena Quintana Roo.
Se dice que en los próximos días podría haber algunos cambios en la lista de candidatos. Pero ya nada es confiable; ha quedado claro que la guerra interna es despiadada.

Hoy, Mara Lezama no puede confiar en Morena. Es así de simple.

[b]El desencanto Morena [/b]

En Morena están convencidos que no importa lo que hagan, ellos van a ganar la elección. Creen que la figura de Andrés Manuel López Obrador, los planes sociales y la marca del partido, son imbatibles. Aseguran que, junto a sus aliados, no ganarán menos de 10 distritos, y serán amplia mayoría en el Congreso.

Quizá por eso esta semana que pasó se permitieron todos los errores posibles. Es tan insólita la situación del partido, que su dirigente estatal, Ricardo Velasco, prácticamente no se habla con la dirigente nacional, Yeidckol Polevnsky, ni con la mitad de los referentes locales.

Hay una certeza dando vueltas en todos los grupos políticos internos de partido, y esa certeza es que la senadora Marybel Villegas ha logrado un nivel de influencia tal sobre la dirigencia estatal, que ha hecho volar por los aires todos los equilibrios internos.

Velasco lo niega enfáticamente. Pero lo sucedido días atrás, cuando se negó a inscribir una nueva lista de candidatos que Yeidckol le envió, disparó todas las sospechas.

No es un dato menor, por cierto, que esa lista de Yeidckol incluía dos posiciones para Mara Lezama, y también algún espacio para los diputados federales Jesús Pool Moo y Luis Alegre. Era una forma de cerrar heridas. La realidad pura e inobjetable es que la única que ganó con que esa lista no pasara fue Marybel.

[b]Alianza espuria con el verde [/b]

Lo que digan los estatutos parece, sin embargo, que ya no es un límite ni una guía para Morena. La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia le dijo a la dirigencia que no pueden aliarse con el Verde porque viola los estatutos, y eso parece no interesarle a nadie.

Morena se excusa en que la Justicia Electoral mantuvo firme la alianza. Es cierto. Pero la Justicia les dijo claramente que si quieren romper la alianza, pueden hacerlo. Nadie ha asumido con “institucionalidad” la defensa de algo que apunta al corazón mismo del partido. La “institucionalidad” sólo se usa cuando conviene.

En este mismo espacio ya se hizo la pregunta ¿Cuántos despropósitos puede soportar el efecto electoral AMLO? En Morena dicen que todos los errores los va a absorber electoralmente la figura de su líder. Quizá por eso los cometen con tanta ligereza.

Lo cierto es que Morena Quintana Roo ha enfermado de los mismos vicios que su fundador criticó durante muchos años. La dirigencia parece creer, casi bíblicamente, que una palabra de Él bastará para salvarlos.

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