Morena no será mayoría en el Congreso

Hugo Martoccia
Foto: Congreso del estado
La Jornada Maya

Lunes 4 de febrero, 2019

Podría decirse que el título de esta columna es una verdad de Perogrullo, y posiblemente lo sea. Pero lo cierto es que esa verdad ha pasado casi desapercibida. La alianza de Morena con el PT y el Verde Ecologista, generó una distribución tal de los distritos electorales, que el partido de López Obrador no podrá ser mayoría por sí sólo en la próxima Legislatura.

Es una cuestión numérica muy simple. De los 15 distritos del estado, Morena encabezará la coalición en nueve, e irá sólo en uno. De los distritos coaligados, le corresponden tres al PT, y dos al Verde.

Aun si ganara todos los distritos que encabeza tendría 10 diputados de mayoría. Si se repitieran los porcentajes de la elección de Ayuntamientos de julio pasado, alcanzaría el 40 por ciento de los votos. En el reparto de plurinominales sólo se le adjudicarían dos, para que no quede sobre representado.

Aquí los márgenes son pequeños. Si Morena lograra un 45 por ciento de los votos, estaría en condiciones de obtener tres plurinominales, y con ello la mayoría del Congreso. Pero eso incluye un escenario hoy altamente improbable, que es que gane todos los distritos.

De los distritos que Morena va solo, está en desventaja en el 12 de la zona maya, y el 11 de Cozumel. También hay reservas sobre lo que podría pasar en el 9 de Tulum y Solidaridad, y en el 1, si hay una alianza de facto de todos los partidos en contra de la candidatura del morenista Édgar Gasca. Hay otros dos distritos de Cancún donde la alanza PAN-PRD es muy competitiva.

espacio aparte merece el distrito 14 de Chetumal. Si bien las encuestas mantienen arriba a Morena, el desastre en el que se ha convertido el gobierno municipal podría jugarle en contra al partido.

En todo el sur, la duda es saber a quién le pegará esta vez más el “voto castigo”; si al oficialismo estatal, que ya lo sufrió en 2018, o al morenismo, que aún tiene 4 meses más para seguir hundiéndose en el descrédito.


[b]El “achicamiento” de Morena[/b]

Aun con el tsunami electoral de AMLO en julio pasado, Morena ganó sólo tres de los 11 municipios del estado. Es cierto que se trata de los municipios más poblados. Pero también quedó demostrado que al morenismo le costó llegar a esos lugares donde el manejo del voto es más “artesanal”.

Como ya se dijo, ahí están los problemas: Cozumel, José María Morelos, Carrillo Puerto, Tulum, Puerto Morelos, Isla Mujeres, y Bacalar. En todos esos municipios Morena es competitivo, pero no le ha alcanzado para más que eso.

Una vez termInada la elección de julio pasado, en el PAN encargaron un estudio de los números, y quedaron convencidos que sin AMLO, el morenismo se desinfla.

Hay un dato llamativo de ese estudio. Si se excluye la atípica elección de Cancún, en donde hubo una sola candidata real, que además era la candidata de todos, Morena y el PT le sacaron al PAN y PRD, en todo el resto del estado, sólo 6 mil votos de diferencia.

Allí se incluye la diferencia de 23 mil votos que Morena obtuvo en Othon P. Blanco, que hoy parece, políticamente, tierra de nadie.

Otro dato curioso. Donde el morenismo fue un ganador más claro, Benito Juárez y Othon P. Blanco, es donde insólitamente entregó distritos a sus aliados. Al Verde le entregó los distritos 4 y 8 de Cancún, y al PT el 2 de Cancún, y el 13 y el 15 del sur del estado. Todos distritos donde Morena ganó por amplio margen en 2018.

Visto así, más que una coalición, parece un repliegue, o un renunciamiento. Morena “se achica” allí justamente donde es más grande, para darle paso a otros partidos. No suena lógico. La respuesta sería que, o hay un acuerdo político con alguien, o demasiada impericia por parte de la dirigencia nacional.


[b]Señales[/b]

Las dos versiones que hay sobre lo que podría suceder con la entrega de esos distritos son malas. Una dice que ¡allí se perderá la elección; no hay forma de que el morenismo apoye a un Verde, o que el PT pueda presentar un candidato propio que sea ganador. La otra es aún peor: sostiene que aunque los candidatos de esos partidos ganaran, no serán parte de una mayoría sólida con el morenismo, porque ninguno de esos partidos ha tenido, jamás, verdadera vocación opositora en el estado.

Para los sostenedores de la teoría de un acuerdo de fondo entre Carlos Joaquín y López Obrador para tener un Congreso que responda a los intereses de ambos los datos que se acaban de dar son reveladores. Ese acuerdo implica un “doble oficialismo”, que le dé gobernabilidad a Carlos Joaquín, pero que a su vez sea un voto aliado a, por ejemplo, los cambios constitucionales que proponga AMLO. Y que no se convierta en un inspector muy minucioso de las cuentas públicas de los alcaldes de Morena. Al menos, de los que Morena quiera proteger.

El formato de las coaliciones, la forma en que Morena entregó distritos en zonas claves, su “achicamiento” premeditado, y la “buena sintonía” que parece haber entre el gobernador y el Gobierno Federal, parecen señales de que un acuerdo es una posibilidad bastante plausible.

Hay, por cierto, otros puntos de vista sobre este tema. Uno de ellos es que la extraña coalición que Morena hizo con el PT y el Verde no es parte de un acuerdo político secreto con nadie, sino sólo una muestra más del enorme descuido de la dirigencia nacional de Morena con Quintana Roo.

El otro punto de vista no se demora en los detalles. Dice que Morena pondrá candidatos en todos los distritos, más allá de que lleven la sigla del PT o el Verde, y sostiene que el partido está hoy 100 mil votos arriba de los demás, y no hay ningún error propio ni acierto ajeno que pueda cambiar eso en 4 meses.

Entre otras cosas, entonces, la noche del 2 de junio se sabrá si hubo algún acuerdo de gobernabilidad en la cúpula del poder, y si esos votos que el morenismo presume son, como han sido siempre, de Andrés Manuel López Obrador, o Morena Quintana Roo ya tiene vida propia.

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