Hoy destaparon a Rolando

Fabrizio Leon Diez
La Jornada Maya

Jueves 14 de diciembre, 2017

Hace 6 años, un día como hoy, fue destapado Rolando Zapata Bello como candidato del PRI al gobierno de Yucatán, que ahora inicia su última etapa y, con ello, el [i]rolandismo[/i].

El mandatario se ve como nunca concentrado en que el candidato salga de las filas de su gabinete o de la diputación local.

Así lo perciben los más cercanos, quienes también notan lo difícil del momento político, pues las dos grandes fuerzas que representan Jorge Carlos Ramírez Marín y la familia Gamboa, han tomado un importante protagonismo, alimentado por los medios de comunicación y la discreta operación del gobierno y el PRI yucateco, que de manera cerrada han mantenido en secreto el nombre de su preferido.

La espera está condicionada a los tiempos y a la agenda nacional, encabezada por Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade, en cuyas prioridades se encuentran Yucatán y ocho estados más, formados en la lista de destapes que ellos posiblemente vean con claridad, aunque internamente parece un escenario de confrontación que pone en riesgo la unidad del partido.

Para el principal operador del gobernador esta tensión es natural y su jefe está jugando como una tercera fuerza real, (aunque se sabe que hay una cuarta fuerza, liderada por un diputado y quizá apoyada por el sector empresarial) no como especulamos los periodistas.

Mientras el líder del PRI en el estado, Carlos Sobrino, ve la situación como un doctorado en grilla, Sergio Vadillo despliega todo lo aprendido y, con la misma serenidad de su jefe, también escucha.

Lo que no es suposición es que entre sus secretarios, diputados y asesores la versión coincide en que la construcción del candidato, como lo habían pensado desde hace años, no resultó según lo pactado y las señales confundieron a los cercanos y fortalecieron a los que ahora aparecen como finalistas.

Hoy hace 6 años el rostro de Rolando Zapata no estaba tan tenso y sus sueños por Yucatán eran iguales; ahora son diferentes.

Lo que se juega no es poco y el séptimo año de gobierno, es donde se verá la verdadera trascendencia de los hechos, si es que el PRI logra mantener el poder; antes tienen que llegar a un acuerdo para nombrar un candidato que honre la unidad de la que todos hablan en público, pero que en secreto es un lamento por no haber llegado.

Cuando se sepa el nombre del elegido y quiénes ocuparán las posiciones para tratar de recuperar Mérida, llegar al senado, encabezar el Congreso y protagonizar los cambios en el gabinete, podremos suponer la fiera hazaña y el costo político para llegar a la unidad de las tribus que ofrendaron y aceptaron, pues bien saben que no todos caben en el Partido, aunque sí en el gobierno.

El gobernador probablemente no duerme esta noche; está concentrado y la oposición, también.

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