Niñas-madres: embarazos en adolescentes

Jesús Hernández Martínez
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Martes 12 de diciembre, 2017

En Quintana Roo, como en varios estados del país, está prohibido legalmente contraer matrimonio civil antes de cumplir los 18 años de edad, pero eso no es obstáculo para que algunas parejas inicien su actividad sexual desde los 14 o 15 años con el consecuente embarazo y, aunque no es lo común, se han registrado algunos casos de niñas de 12 años que han dado a luz.

Las razones son muchas y variadas: separación de los padres u otros problemas en el seno del hogar; naturaleza propia de la población caribeña de madurez temprana, poca o nula información sexual; descuido o abandono de los padres, ausencia de estos todo el día por cuestiones laborales y otras que, en realidad, sólo se mencionan en reuniones de padres de familia con autoridades, pero nadie comprueba.

Considerado el embarazo como un estado respetable y una decisión de cada pareja, lo cual es loable y consecuencia de los Derechos Humanos, no es raro que en alguna escuela de nivel medio superior de unos mil alumnos de Chetumal, y de toda la entidad, a la que acuden jovencitas de 14 a 17 años, unas seis, ocho o más se embaracen o lleguen embarazadas de la secundaria.

Los embarazos están fuera de las instituciones educativas. El estado y la sociedad son benévolos con las adolescentes embarazadas e incluso la representación estatal de la SEP crea programas de becas para ellas a fin de que no dejen de estudiar. Sin embargo, cuando el papá es un compañero de estudios, éste sí abandona la escuela para buscar trabajo y empezar a pensar en crear un hogar.

Varias instituciones, principalmente educativas, del sector Salud y otras auspiciadas por el DIF mantienen programas constantes de orientación sexual y reparten en las escuelas de educación media superior y superior preservativos, pero al parecer esos programas que también persiguen evitar el contagio de enfermedades venéreas, no han logrado del todo sus objetivos.

En la entidad, según los registros oficiales, en los últimos años de cada diez embarazadas cuatro eran adolescentes o jovencitas de 15 a 19 años de edad. La Jornada Maya consignó ese dato en su edición correspondiente a la fecha 30 de abril de 2015.

De acuerdo con datos del Inegi, Quintana Roo ocupa el primer lugar nacional en embarazos de adolescentes. Hasta hace más de diez años menores de 18 podían casarse con el permiso de los padres; las leyes actuales ya no lo permiten, pero no dicen nada sobre qué hacer cuando una niña o adolescente resulta embarazada de un varón de su edad. La ley se atiene a que al estar prohibido el matrimonio civil para menores de 18 años, éstos no realizan actividades sexuales.

Según la página oficial del Gobierno, el 31 de marzo de este año, durante una sesión ordinaria del Grupo Estatal para Prevención del Embarazo en Adolescentes, se aclaró que Quintana Roo ya no ocupa el primer lugar nacional de embarazos de adolescentes sino que está “por debajo de la media nacional”, pero no explica cuál es esa media nacional.

En esa ocasión, de acuerdo con la fuente, el gobierno y otras instituciones ofrecieron continuar con los programas de información y orientación sexual a fin de disminuir los embarazos de las adolescentes.

Aún con todo lo anterior, y como botón de muestra, en días pasados un adolescente que trabaja de auxiliar en un taller mecánico se quejaba y le platicaba a todos los que le quisieran escuchar que sus padres lo obligaron a “juntarse” con su novia a la que embarazó. Él tiene 15 años y ella 14.

[i]Chetumal, Quintana Roo[/i]
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