Machismo

Eduardo del Buey
Foto: Afp
La Jornada Maya

Jueves 23 de noviembre, 2017

Hace dos semanas escribí un artículo sobre el Caciquismo, un fenómeno que, teniendo un nombre en español, abunda en todo el mundo.

Hoy escribo acerca de otro término en español que personifica una tendencia presente en todo el orbe, el machismo.

Durante las últimas semanas hemos visto una erupción de acusaciones en contra de hombres prominentes, hechas por diversas mujeres, quienes claman abuso sexual e incluso francas violaciones. También, un buen número de personas han tomado coraje y denunciado acoso de celebridades como Kevin Spacey, George Takei, Dustin Hoffman y Richard Dreyfuss.

Machismo es el uso del sexo como un instrumento de poder- Adquiriendo poder sobre aquellos con menos posibilidades de defenderse.

Este es producto de la antigua creencia que plantea a los hombres como todo poderosos, y a las mujeres como sus enseres – quienes deben ser gobernadas absolutamente, con violencia, de ser necesario. De ahí viene la historia de “asesinatos de honor” y/o confinamiento forzado en muchas sociedades, o el tráfico de mujeres y menores, para fines de explotación sexual. Tristemente, 27 millones de personas alrededor del mundo son víctimas de la esclavitud sexual hoy, de acuerdo con testimonios en el senado estadunidense.

En todos estos casos los hombres son los principales perpetradores de la violencia en contra de mujeres y niños, son los principales beneficiarios de estos actos y tiene el rol principal en la defensa de los acusados por estos actos.

La semana pasada el candidato republicano para el Senado por el estado de Alabama, Roy Moore, fue acusado por varias mujeres, de abusos sexuales cometidos hace años, cuando aún eran menores de edad. La reacción de algunos republicanos fue un llamado para evitar su participación en las próximas elecciones. Sin embargo, otros, incluidos algunos de los llamados líderes cristianos, salieron en su defensa. Algunos de estos representantes religiosos y ministros pasan la responsabilidad, por la violación, de los predadores a las víctimas femeninas. Además, algunas de las mujeres entrevistadas sentían que los pecados de Moore debían ser perdonados, sin mayores consecuencias.

Aun cuando esto pudo habernos sorprendido en otro momento, hoy hay un presidente en los Estados Unidos que afirmó, en un video del 2006, que podía manosear a las mujeres a voluntad, porque su fama le daba el derecho de hacerlo. Fue elegido presidente en 2016. El machismo continúa siendo perdonado y escusado, incluso ignorado, por una gran parte de los votantes estadunidenses.

Kevin Spacey también ha sido atacado, como se reportó antes. Su futuro en una importante serie de televisión (House of Cards) está en duda, y su última película está siendo regrabada con Christopher Plummer reemplazandolo – Un gran costo para los productores que tratan de disociarse del actor. A pesar de que Spacey utilizó la situación para salir del closet, el problema no es su homosexualidad, sino su mala conducta – la imposición de la voluntad y el poder de uno sobre alguien más débil, sin importar su orientación sexual.

Las mujeres han sido víctimas de abuso a través de la historia, de una manera u otra. Esto es cierto en política, negocios o actividades culturales - en todas las situaciones en las que el poder sea el centro de todas las cosas, y en las que los débiles puedan ser engatusados y forzados a ceder, para no tener que perder su sustento o incluso sus libertades.

En el mundo de hoy todas las personas enfrentan el mismo panorama, tanto de mujeres como de hombres poderosos.

Y los niños no están exentos.

Un buen número de actores infantiles han tomado valor y denunciado malas conductas sexuales perpetradas por productores y gente poderosa en la industria del entretenimiento. Hoy en día, muchos niños son víctimas del tráfico sexual y de la prostitución infantil.

Sin embargo, la gente está empezando a perder el miedo. Ya no temen sentir vergüenza por actos que escapan de su control. Ya no temen al poder que otros tuvieron sobre ellos, alguna vez. Y ya no temen perder su sustento o trabajo por los actos de aquellos en el poder.

Las redes sociales de hoy rápidamente difunden los reportes de las agresiones sexuales y los vuelven virales.
Ya no hay lugar en donde los agresores sexuales puedan esconderse, ni en donde sus actos puedan pasar desapercibidos.

La naturaleza del poder cambia conforme las políticas del poder se vuelven presa de las redes sociales y su poder para disminuir el miedo de las víctimas.

Por esto, el machismo se enfrenta a un futuro incierto, ya que sus defensores empiezan a tenerle miedo al ridículo público, e incluso a la persecución legal, que pueden enfrentar una vez que sus acciones sean conocidas. El sentir público, a través de la ridiculización generada por las redes sociales, también hará del machismo algo cada vez menos aceptable y enfocará la luz pública en sus proponentes.

Finalmente, la educación y el ejemplo pueden ser de mucha ayuda para acabar con este repugnante fenómeno.

La educación está empoderando a las niñas, adolescentes, mujeres y niños a luchar contra el machismo, y está enseñando a los jóvenes los peligros, tanto morales como legales, de practicar políticas sexuales.

El ejemplo es la otra cara de la moneda. El ejemplo de las víctimas haciendo denuncias está empoderando a otros para que se enfrenten a las políticas del poder, o para que resistan cuando se trate de sus vidas privadas o lugares de trabajo.

Ya no hay espacio, hoy, para el ejercicio del poder sexual.

Es mejor para nosotros que los machistas, alrededor del mundo, se enteren de esta verdad lo más pronto posible.

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