Una propuesta editorial… que faltaba

Jhonny Brea
Foto: Instagram @utadventure
La Jornada Maya

Miércoles 8 de noviembre, 2017

¡Ay, Dios! Ni ha llegado el ochavario y ya estoy harto de comer pib. No sé por qué se nos da eso de que además de hacer tres para la casa, sale otro tanto “para regalar”. En casa nos llegó medio por parte de nuestras respectivas madres –es decir, mi madre y mi suegra nos dieron a medio pib cada una, en su sano espíritu de competencia –y luego la comadre nos obsequió otro. La verdad, no sé cómo es que tenemos una temporada para atiborrarnos de mucbipollo. Supongo que es como un proceso natural de acumulación de grasa para poder soportar el invierno.

Como se podrán imaginar, antier decidí estar un poco más activo y me puse a lavar los tópers y a tirar los xixes de hoja de plátano que ya dejaron su olor, ustedes saben, las labores propias de mi sexo, cuando La Cutusa se acercó con cara de pocos amigos.

“¡Ya me fastidié de estar en casa! ¿Podemos salir de paseo?”, inquirió con cara de olla de presión a la que ya hay que quitarle la válvula. Como podrán imaginar, La Xtabay aguzó el oído y El Kizín se colocó rápidamente detrás de su hermana en señal de secundar la iniciativa. Obviamente, la Estrategia Integral de Defensa de la Quincena a estas alturas del año está igual que ciertas megaobras para las que no llegan los recursos, pero imaginé se podía hacer una salida corta y cultural. A fin de cuentas, uno también tiene derecho al esparcimiento.

Con mi aplomo de macho omega grasa en pecho, espalda peluda, nalga de mayonesa, abdomen de lavadora y bebedor de cerveza light me animé a proponer una visita a Izamal.
“¡Tú nada más andas de calenturiento!”, bramó La Xtabay, mientras su rostro se ponía rojo, ante mi sorpresa.

“¡Te quieres ir a ver a las modelos esas que se andan quitando la ropa y alebrestando a todo mundo!”, soltó.

Obviamente respiré profundo antes de intentar responder. A estas alturas del matrimonio uno ya sabe que mantener la cabeza fría evita que uno termine con una sartén precisamente en la cabeza. El instinto de supervivencia advierte que todo lo que tu pareja suponga de ti, será usado en tu contra en el momento menos esperado.

“Corazón, en primer lugar, no tengo 3 mil 500 dólares para ir de fotógrafo y además las modelos ya se fueron. Ahí está la nota en el periódico”, pude decir.

“¡Claro. Ese tu periodicucho que pone nalgas en la portada! ¡Sólo falta que en vez de La Jornada de en medio pongan La Encuerada en el Medio!”, me largó.

“!Además sólo objetivizan a la mujer! ¿Cuándo van a hacer fotografías así con hombres?”, insistió.

“Bueno, por principio de equidad, eso me parece bien. Es más, vamos, tramitamos el permiso con el alcalde, y llevo al personal masculino del periódico para una sesión fotográfica”, dije ya por ver cómo salir de la discusión.

“¡Ay, nooooo!”, lanzó con un agudo que conforme se hacía más alto tenía el efecto inversamente proporcional en mi autoestima. En Full Monty terminaban mejor las cosas, pero claro, ella tiene en mente a los de Sólo para mujeres.

Digo, el cuerpo humano es hermoso, y la forma redonda, como la mía, también.

Total, acabamos yendo a ver [i]Coco[/i].

[b]Macho omega que se respeta[/b]

Según un comercial de detergente: “siete de cada 10 mujeres dicen que las manchas de chocolate son aterradoras”. No saben lo que es que te caiga un trozo de pib en la camisa y quede la manteca. Uno no califica la mancha, simplemente aplica un poco de talco, prepara el remojo y se dirige a la batea.