Las pifias de Remberto Estrada Barba

Neftalí Samsa
Foto: @rembertoestrada
La Jornada Maya

Viernes 13 de octubre, 2017

Cuando Remberto Estrada Barba ganó la elección al cargo de presidente municipal de Benito Juárez, generó mucha expectativa. El Verde Ecologista en alianza con el PRI y el Panal le dieron el triunfo al ecologista que venía de ser diputado local, es decir, no era un improvisado en las lides políticas. Sin embargo, con el correr del tiempo mostraría su falta de sentido social y visión de estadista.

En los últimos tiempos se le ha fotografiado con rostro desencajado, producto de su pobre desempeño social, político y económico. Pareciera ser que sigue la receta de los ingleses de la revolución industrial que afirmaban que hay que dejar hacer y pasar. El tiempo ya lo tiene encima y los resultados en todos los renglones están lejos de ser percibidos por la población que tanto creyó en él. Me consta que cuando visitó la región 95 la gente se arremolinaba a su alrededor con la esperanza muy en alto, “ahora las cosas sí van a cambiar con este joven que promete tanto”, afirmaban.

En promesas se han quedado los deseos de hacer las cosas bien. En las altas esferas del poder comentan que el verde ecologista tiene las manos atadas por los compromisos que adquirió con la cúpula política poderosa que desgobierna a México, vaya usted a saber. Otros dicen que se debe a su débil carácter y a su falta de liderazgo. Creo esto último, pues los desempeños lo corroboran. Veamos:

En seguridad pública... está reprobado, no alcanza uno, sino menos cinco. Sea uno o cinco es reprobatorio. Los índices de delincuencia se han disparado estratosféricamente, a diario hay ejecutados en Cancún. Es nuestro pan de cada día. Los ciudadanos andan por las calles con temor, esperando en qué momento les toca, aunque no deban nada. No es que lo defienda, porque también resultó ser un gran pillo, pero en los tiempos de Roberto Borge Angulo y gobiernos anteriores, uno todavía podía andar tranquilo por las calles. El famoso “Crucero” era un lugar transitable, sin problemas. Ahora, se ha convertido en un nido de ratas en el que hasta “las mariposas venden caro su amor” son asaltantes profesionales con la complacencia de las autoridades policíacas. No se diga de las regiones y colonias de la ciudad, donde sin nada de humanidad se dejan los cuerpos desmembrados en los contenedores de basura. Ni para dónde hacerse. Las estrategias de los superasesores venidos de lejanas tierras han fallado, las idiosincrasias son distintas, no es lo mismo el norte que el sur, la geografía nos enseña que son polos opuestos.

En obras públicas... platicando con un taxista de Cancún, éste me refería que en el gobierno municipal de Juan Ignacio García Zalvidea se construyeron muchas calles en todas las colonias y que los eternos baches fueron subsanados de raíz con material de buena calidad. “Daba gusto transitar las calles. Ahora, con el gobierno de este chamaco cabrón, todas las calles están llenas de baches y se hace muy lento llegar al interior de las regiones. Zalvidea era del Partido Verde Ecologista y creemos que en su gobierno hizo las cosas bien, por eso votamos mi familia y yo por este joven sin experiencia llamado Remberto Estrada, para ver si las cosas mejoraban, pero vemos con tristeza que no sólo siguen igual sino que empeoraron”, aseguró el chofer.

Se ha permitido en el ombligo de la ciudad la construcción de edificios de más de tres niveles, donde se viola el reglamento de obras públicas, con la complacencia de las autoridades municipales. Los pozos de absorción están saturados, sólo se limpian las rejillas, sin darles mantenimiento profundo con las barrenadoras para desasolvarlas. Vemos cuadrillas enteras de trabajadores que pocas horas antes de presentarse un fenómeno hidrometeorológico limpian las coladeras urbanas al vapor, cuando el mantenimiento debería ser permanente para evitar las molestosas inundaciones de calles y avenidas, pues sabemos que los meses de lluvias fuertes son de junio a noviembre.

Protección al ambiente… cada día vemos con impotencia la destrucción de miles de hectáreas de áreas verdes, sin ninguna regulación que nos garantice la preservación del medio ambiente. El problema del Malecón Tajamar sigue sin resolverse. Las autoridades locales argumentan que el problema es federal, lavándose las manos. Sin embargo, las cuestiones serían: ¿Dónde está el Malecón Tajamar? ¿Dónde viven nuestros hijos? ¿Dónde viven los hijos de los funcionarios públicos? ¿En el extranjero? No lo creo, no tienen con qué. Y el problema de la contaminación de la laguna Nichupté y mantos freáticos con heces fecales ¿para cuándo? “Es que Cancún crece tan aceleradamente que no permite planear y construir obras de drenaje profundo” argumentan las autoridades. Y mientras ¿qué?

Asistencia social… de este rubro mejor ni hablamos. Se sigue apoyando a la población como si estuviéramos en campaña; las famosas “despensas” se reparten discretamente en muchas colonias para mitigar esta crisis que nos ahoga casi a todos, pero no existe un verdadero programa que garantice empleos permanentes y remunerados con justicia social.

Remberto Estrada Barba ha perdido la gran oportunidad de ser un presidente como el pueblo le demanda. Los tiempos los tiene encima y si pretende ocupar un cargo público para estas próximas elecciones, la tiene muy, pero muy difícil.