La Llorona, para no llorar

Jesús Hernández Martínez
Foto: La Jornada
La Jornada Maya

Lunes 9 de octubre, 2017


[i]Guriá guigu Xavizende, ti gueela[/i]
[i]cayúna ti guna huini.[/i]
[i]Xi pur nga ruunu xunaxi,¡bigáni![/i]
[i]pa caa zabi zisi binni.[/i]


Así comienza en zapoteco la bella canción [i]La Llorona[/i], ícono, símbolo e identificación de los habitantes del Istmo de Tehuantepec: Ixtepec, Ixtaltepec, Espinal, Juchitán y otros poblados hace un mes casi destruidos por un terremoto.

Pero las tecas y los tecos, como les gusta que les digan, son valientes y no se amilanan; los hombres siguen pescando y cultivando campos; las mujeres elaborando totopos y “gueta binguis”, celebrando sus bodas y bailando el medio chiga y el begua chiñá, pues perdieron sus bienes, pero no la emoción de vivir en una de las regiones más bullangueras y alegres de México.

En esa región, en que prevalece la lengua zapoteca y todos la hablan y la presumen; con su traje de gala, bordado con grandes y coloridas flores, pasean por sus calles las mujeres más hermosas que pueden encontrarse en la geografía del país; lo largo de su falda ha logrado que su andar sea cadencioso, figurando una palmera movida por el viento que también abundan por la naturaleza de sus suelos. “Las tehuanas semejan hermosas palmeras movidas por el viento”.

Vivir en el Istmo de Tehuantepec es maravilloso, una experiencia que bien valdría la pena repetir. Esa zona también tiene su río, el río de Los perros, y lo canta para darlo a conocer: “Guigu bicu Ixtepec, guigu bicu Espinal, rididi Ixtaltepec, chahuidurati Juchitán”.

Juchitán, ese Juchitán rebelde a veces, enojado en otras, pero siempre amable con los fuereños. Sede del ITRI, Instituto Tecnológico Regional del Istmo, cuyo lema es un tecnológico con clases y una sociedad sin clases, que refleja todo el sentir de los jóvenes que ya no quieren injusticias, sino el reparto equitativo de los recursos.

El resto de los mexicanos, pudiéramos pensar que los tecos están llorando después del sismo, que estarán llorando quienes perdieron a sus parientes y bienes, tal vez tengan razón, pero se están levantando, se doblan pero no se quiebran, son una raza indomable y sobre todo unida. Ya reciben el apoyo oficial, seguramente se cometerán muchas injusticias; no damnificados recibirán beneficio y los que perdieron todo seguirán gritando para recobrar lo necesario. Algunos seguirán a la intemperie, pero les alegrará escuchar y bailar [i]La zandunga[/i] y pensarán que “Dios nunca muere”, otra aportación musical oaxaqueña.

Estas letras son un sencillo homenaje a los oaxaqueños del Istmo de Tehuantepec, se agrega [i]La Llorona[/i], escrita hace años por don Eustaquio Jiménez Girón (Taquín Nigui), no para llorar, sino para alegrarse con su romántica música con la que tantos tecos se han enamorado.

[b]La Llorona[/b]

[i]Ay xiandi naaya ba'du[/i]
[i]ruuna pur ni guzaaca luá (chuupa tiru)[/i]
[i]ti xpullua´ biree ne náa yannaguela[/i]
[i]tihua pur quite si náa. (chuupa tiru)[/i]
[i]Pa pur nga si nga cayuunu la xhuncu[/i]
[i]bigáni, ma naa nga xheelu[/i]
[i]De pé ora biiya cayuunalu rabé[/i]
[i]de que neza chaa nga cheelu (chuupa tiru)[/i]
[i]Ay pa chibiée ra lidxu[/i]
[i]zacaadiágu diidxaguidxa (chuupa tiru)[/i]
[i]Gulee xa iccu nga xhuncu. Naa nga[/i]
[i]badunguiú. ¡cadi binniguídxa! (chuupa tiru)[/i]
[i]xi jma racaladxu xhuncu, chubínu[/i]
[i]Que riuladxe guiaanatalu (chuupa tiru)[/i]
[i]Purti naccu ti gunaa, ne ma nanná[/i]
[i]gunaa nga guxána laanu (chuupa tiru).[/i]
[i]Ay cadi gúna xhaatu[/i]
[i]Xunaxi de ladxiduá (chuupa tiru)[/i]
[i]Ngue rúni binni ni rabé, pa cáa la...[/i]
[i]zadxiña ru lii zacá.[/i]

Los habitantes de Ixtepec, Espinal, Santa María Xadani y Juchitán, se repondrán y seguirán tan alegres como siempre, por ello: “Dos besos llevo en el alma Llorona, que no se apartan de mí, el último de mi madre Llorona y el primero que te di”.

[i]Chetumal, Quintana Roo[/i]