Un aprendizaje permanente

Óscar Muñoz
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Martes 5 de septiembre, 2017

De acuerdo con lo establecido en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, determinada por la Unesco durante el Foro Mundial sobre la Educación, ésta debe ser inclusiva, equitativa, de calidad, además de promover el aprendizaje a lo largo de la vida. Respecto a esta última parte del compromiso señalado, todos los grupos de personas de diversas edades, entre ellos los adultos, deben tener la oportunidad de aprender y continuar su aprendizaje, pese a haber concluido sus estudios de educación formal.

El aprendizaje más valioso es aquel que cada individuo continúa después de terminar la primaria, secundaria, bachillerato e incluso la universidad. Bajo este enfoque, una sociedad tiene asegurado el aprendizaje permanente, más allá del escolar. Sin embargo, para conseguir que una sociedad como la nuestra continúe su aprendizaje a lo largo de la vida, será necesario que este conocimiento permanente sea promovido en todos los ámbitos y niveles educativos. Es posible que, bajo esta premisa educativa, la Secretaría de Educación Pública (SEP) haya introducido en la difusión del nuevo modelo educativo el lema Aprender a aprender. Sólo que no basta con incluir en los spots publicitarios un lema como éste, se requiere de estrategias concretas.

En la Agenda 2030 de la Unesco, están indicados los enfoques estratégicos, entre los que destacan el diseño de programas concretos dotados con suficientes recursos y alianzas en las dimensiones local, regional, nacional e internacional. Pero en el país, el aprendizaje a lo largo de la vida no se ve reflejado en ningún programa específico, más allá de los programas escolares. Para instrumentar planes de aprendizaje de este tipo habrá que recurrir a medios no formales, con recursos públicos, privados, sociales y a través de aprendizajes informales que bien pueden ser promovidos con las técnicas de información y comunicación.

Bajo esta perspectiva, el aprendizaje para la vida no se ve en ninguna parte: ni en radio, televisión o Internet. Si no son fortalecidas las estructuras formales, como la escuela, y las no formales, como los medios de comunicación social, orientadas éstas a la consecución de los objetivos de este aprendizaje permanente, no será posible alcanzar los propósitos globales que el país ha firmado en cumplimiento de la Agenda 2030 de la Unesco y esto sería lo de menos. Aquí lo que importa más es asegurar a la sociedad en su conjunto un aprendizaje para la vida a través de todos los medios posibles y al alcance de todos los habitantes de este país.

El concepto del aprendizaje para la vida está basado en un hecho universal: la educación comienza con el nacimiento y continúa a lo largo de la vida. De ahí que esta cualidad humana de aprender durante toda la vida determine el enfoque necesario de la educación: que este aprendizaje continuo funcione como un complemento o suplemento de la educación formal, según sea el caso de cada individuo. Es decir, además de la escuela, los estudiantes fortalecerían su aprendizaje permanente a través de programas de televisión, radiodifusión o de páginas en Internet. Y que los alcances de este aprendizaje permitan el reconocimiento, acreditación y convalidación de los conocimientos y prácticas adquiridas en la educación no formal e informal.

Lamentablemente, el sistema educativo nacional no parece atender la orientación que ofrece la Agenda 2030 de la Unesco. Los canales abiertos de televisión y estaciones de radio no incluyen en su programación contenidos orientados hacia el aprendizaje a lo largo de la vida, y tampoco hay páginas que el gobierno federal o los gobiernos estatales hayan alojado en Internet para contribuir en la educación no formal. Alguien podría aducir que las radios universitarias y Radio Educación colaboran en la promoción del aprendizaje permanente. Sin embargo, sus programaciones son muy convencionales y no parece que contribuyan con enfoques sólidos, respecto de este aprendizaje vital, y lo peor es que nadie hace nada por impulsar o exigir la promoción de esta necesidad educativa.