Antonio Bargas Cicero
Foto: Jorge Peña Acosta
La Jornada Maya
Viernes 1 de septiembre, 2017
Un lineup hecho para los playoffs no pudo y se concretó uno de los mayores fracasos en la historia de los Leones.
Con un grupo de bateadores, cada uno de los cuales había experimentado éxito en su carrera en postemporada o momentos importantes, el equipo yucateco se quedó corto en su intento por superar lo hecho con la majagua en 2015 y 2016, y esa es la razón principal por la que por tercer año en fila queda fuera en la final de la Zona Sur.
El pitcheo (3.38), como en las dos postemporadas anteriores, hizo el trabajo en general; el bateo no. En 2015, colectivamente se logró .258, con .334 de porcentaje de embasarse y .706 de OPS. Al año siguiente, los números fueron .239-.317-.645. Ahora, .242-.295-.691. La directiva apostó por nueva fórmula y mandó a Jesús Valdez, el mejor bateador melenudo, a Unión Laguna. La estrategia falló. Ningún bateador pesó -en especial de los que se esperaba lo hicieran (Francisco, Betancourt, Mustelier)-, y el zurdo Jeff Russell, quien tomó el lugar de Cacao, tampoco marcó diferencia.
Ahora, el primer paso no debe ser tomar decisiones a la ligera y con el hígado. Seguramente habrá y debe haber cambios significativos, pero no hay porque romper este equipo. Se armó la que tal vez es la mejor base mexicana en la LMB (Heras, Aguilar, Quiroz, Madero, Samayoa, Ávila, Meza, Álvarez, Valle, todos con 28 años o menos) y hay que seguir construyendo a su alrededor. Especialmente importante será retener a Valle, el cátcher mochiteco que manejó bien el pitcheo, defendió de maravilla y fue el mejor bateador en la final sureña para las fieras con .444. Ayer en Puebla, donde conectó lo que quiso, se fue de 4-2.
La eliminación es un rotundo fracaso por donde se le vea. Ni siquiera se alcanzó el sexto juego en la serie de campeonato como en los dos años anteriores, con un plantel armado para ser campeón, con varios de los mejores peloteros mexicanos en la actualidad. Pero no todo es negativo. La base mexicana es envidiable y hay buen talento en sucursales (el jugador de cuadro Brayan Quintero y el zurdo quintanarroense Ricardo Rivero, entre otros), que se tiene que seguir desarrollando e impulsando, como lo han hecho los hermanos Arellano Hernández y, sobre todo, creer en él. Los mexicanos son los que ganan campeonatos, como Puebla ha demostrado con Tapia, Carreón, Salas y un núcleo que ya aprendió a ganar en playoffs.
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