Un día como hoy

José Luis Domínguez Castro
Foto: Raúl Angulo Hernández
La Jornada Maya

Viernes 18 de agosto, 2017

Un día como hoy (17 de agosto), en 1848, Yucatán se adhirió nuevamente a la República Mexicana. Sus razones habrían tenido para esos intentos de autonomía, mal interpretados como separatismo. También un día como hoy, en una semana como la actual (segunda quincena de agosto) pero en 1867, se iniciaron formalmente las clases en el Instituto Literario del Estado, fundado por el gobernador Manuel Cepeda Peraza. Aquel día, quien fuera su primer director, Olegario Molina Solís; el primer secretario, Ignacio Gómez; su vicedirector, Gabriel Aznar y Pérez, así como su primer tesorero, Perfecto Solís, acompañados de algunos profesionistas destacados que asumieron las cátedras, firmaron su compromiso público de participación sin cobrar un solo centavo. Entre ellos se encontraban el doctor Agustín O´Horán y el pintor Gabriel Gahona Picheta.

Así dio comienzo esta aventura educativa que puso las bases de la modernización de la sociedad peninsular. Tomar clases de matemáticas o física desde la escuela preparatoria, en lugar de retórica o teología; aprender inglés y francés, sin menospreciar las raíces griegas y latinas de nuestra lengua; hacer algo de gimnasia sueca al aire libre, en lugar de encerrarse en el claustro para rezar, significaba un nuevo modo de educar a la juventud que se iría abriendo a los nuevos conocimientos de la biología, la geografía y las ciencias aplicando el método científico y bañados por las luces de la filosofía positivista, que impregnó desde el principio todo el proyecto educativo republicano. Eran éstas algunas de las novedades de la institución que abrió sus puertas a los jóvenes decimonónicos, sin importar su condición social, a fin de prepararlos para la nueva sociedad en la que pocos años después destacarían como profesionales o en el periodismo, al tiempo que participaban activamente en las lides de la política local y nacional.

Baste recordar algunos de los destacados alumnos de la primera generación que después llegaron a ser catedráticos y/o directivos del propio Instituto: Manuel Sales Cepeda, Adolfo Cisneros Cámara, Agustín Vadillo Cicero, José Inés Novelo y Graciano Ricalde Gamboa. Por cierto que este último, que destacó a nivel nacional en el mundo de las matemáticas, reflexionó científicamente acerca del eclipse solar de 1922 y calculó con exactitud la órbita del cometa Halley.

No olvidemos que el Instituto Campechano, fundado en el vecino puerto sobre los cimientos institucionales del Colegio de San Miguel de Estrada diez años antes, también fue semillero de ilustres escritores, científicos, jurisconsultos y políticos que trascendieron el solar peninsular.

Ojalá que el repaso de la vida heroica de estos personajes y el recuerdo de la importancia que tuvieron dichas instituciones para la transformación social, económica, política y cultural de nuestra región sea siempre un estímulo para seguir buscando actualizadas fórmulas pedagógicas y nuevos caminos de enseñanza-aprendizaje acordes con los signos de los nuevos tiempos que nos ha tocado vivir.

[b][email protected][/b]