Caída libre de la UADY

La Jornada Maya
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán

Martes 01 de agosto, 2017

Acostumbrados a regirse por sus propios tiempos, los directivos de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) han logrado que la institución pierda lugares en diferentes rankings; el caso más reciente es el publicado por AméricaEconomía, en el que retrocedió 15 posiciones.

Hace un par de meses hubo una polémica por el descenso de la UADY en el ranking de las mejores universidades de Latinoamérica, según una empresa internacional. La caída se debió a múltiples factores, pero lo interesante fue la respuesta que dio el rector, José de Jesús Williams, quien dijo que nunca le preguntaron cómo estaba la universidad, además de que otros directivos declararon que los rankings son “subjetivos” y no representan la realidad de la institución.

Esta vez, AméricaEconomía publicó que la UADY pasó del lugar 22 al 37; por lo que vendría bien volver a escuchar a esos directivos, incluido el rector, para ver qué opinan sobre dichos resultados, porque en ese mismo estudio se apoyaron el año pasado para destacar sus logros.

El prestigio de la UADY se ve afectado por su alejamiento de la sociedad, por una falta de divulgación de sus logros -si es que los hay- y por un solipsismo abrumador. Permanece ajena a los problemas sociales y rara vez, como institución, se pronuncia ante hechos que afectan el desarrollo del estado.

Este panorama de caída libre, en la percepción de la sociedad, y franco descenso en los rankings universitarios, tiene relación directa con las decisiones que ha tomado el rector Williams para guiar a la máxima casa de estudios de Yucatán.

Enfrentado desde el principio de su gestión a una huelga que paralizó a casa de estudios, el rector ha sido incapaz de consolidar un grupo de trabajo de primer nivel; prueba de ello es la reciente salida de Juan de Dios Pérez Alayón de la Dirección General de Planeación, junto con el ascenso, a la misma posición, de la ex secretaria de Hacienda panista, Elsy Mezo Palma.

Según la medición, que esta vez incluyó la dimensión de apoyo a la comunidad para su ranking, la UADY ha caído por su falta de compromiso en trabajar a favor de sectores vulnerables, entre otros factores.

Por ejemplo, el llamado programa prioritario de la cultura maya que ostenta, sólo ha sido una realidad en los papeles, sin que haya tenido frutos o acercamientos con los mayahablantes de Yucatán. Y ya ni hablar de otras buenas intenciones enunciadas en las agendas estratégicas de Williams, que puntualmente presenta ante el Consejo Universitario.

La UADY está llamada a ser una institución abierta a la sociedad, que presente propuestas para el desarrollo, que sea plural, dinámica y de avanzada, pero eso parece estar lejano en el horizonte.

[i]Mérida, Yucatán[/i]