La Jornada Maya: error o acierto

José Luis Domínguez Castro
Foto: Fabrizio León
La Jornada Maya

Jueves 06 de julio, 2017

A dos años de que [i]La Jornada Maya[/i] viera la luz en Mérida, los que hemos sido lectores de este prestigiado periódico nacional por más de 30 años nos preguntamos si esta aventura emprendida por Fabrizio León Diez y su equipo original, respaldados por un grupo de socios ansiosos por leer algo diferente cada día, nos preguntamos si esta iniciativa fue un acierto o un error.

En un principio vimos con simpatía que, pese a ofrecer un diario diferente que comenzó su distribución sólo en la capital yucateca, ésta era lenta y tardía. Sin embargo, en poco tiempo comenzó a circular en forma expedita a lo largo y ancho de la ciudad. Luego, para nuestra sorpresa, comenzamos a gustar de la dimensión peninsular de sus contenidos y, paralelamente, su red de expansión se fue ampliando hasta alcanzar a cubrir las principales ciudades de los tres estados peninsulares. ¡Cuántos proyectos empresariales e intelectuales han fracasado por carecer de esta visión peninsular!

A la desconfianza inicial que todo proyecto comunicacional despierta, sobre todo cuando viene arropado por “fuereños”, le siguió una discreta acogida al enterarnos que el equipo de redacción se conforma con elementos, en su mayoría jóvenes, egresados de las escuelas locales de comunicación. Así, muy pronto supimos que reporteros, fotógrafos, redactores, diseñadores, traductores, contadores, repartidores y administradores y dibujantes, integraban un juvenil equipo que le daba al periódico especial frescura y creatividad. La inclusión de algunas plumas de editorialistas conocidos y reconocidos entre nosotros fue haciendo de La Jornada Maya un proyecto más nuestro que ajeno; sobre todo cuando la dirección echaba la casa por la ventana durante las Ferias de la Lectura (FILEY), lo que permitió dar a conocer masivamente esta aventura editorial entre niños y jóvenes.

Con todo, la pregunta persiste: A lo largo de estos 500 números, ¿podría considerarse a LJM como un acierto editorial o como un error trasnochado de papel? Recordamos que [i]La Jornada[/i] en México publicaba cada año para su aniversario a modo de Rayuela, un atento recordatorio que retaba a sus múltiples detractores: “NO QUE NO cabrones…?”

En mi calidad de defensor del lector he recibido, en este tiempo, muchas críticas y quejas en torno a los errores que frecuentemente se cometen: [i]Humanum errare est[/i]. Desde los traviesos e inocuos errores de dedo que solemos tener todos cuando nos encontramos frente a la máquina o los errores –en ocasiones horrores- de ortografía; los de dicción, los gramaticales, los “regionales” (es que acá así se dice…), hasta las imprecisiones conceptuales, los hechos afirmados sin suficiente fundamentación, las afirmaciones impregnadas de simpatías políticas o incluso opiniones “contaminadas” por alguna posición ideológica. En dos años ha habido, sin duda alguna, innumerables errores, pero esto no justifica considerar que[i] La Jornada Maya[/i] haya sido uno.

Comparto con algunos lectores la opinión de que [i]La Jornada Maya[/i] ha sido una aventura que tiene mucho de quijotismo y de cruzada en el universo del pensamiento, sostenida día con día por un equipo ampliado de comunicadores de distinta talla con directivos de mucha experiencia y respaldados inversores que se caracterizan por su capacidad de arriesgar, emprender, y que hacen de este esfuerzo una apuesta hacia el futuro peninsular, al mismo tiempo que construyen una empresa de gran calado que va ya posicionándose en la opinión pública peninsular.

Todos los lectores sabemos que medios como éste no se sostienen con publicidad ni con “favores” o prebendas selectivas. Por eso nos sentimos solidarios con el proyecto y compartimos la obligación moral de seguir defendiendo los derechos de quienes queremos seguir leyendo noticias veraces y opiniones críticas. Así, estamos ciertos de que seguiremos construyendo una sociedad más justa, más digna, como la que soñaron Juárez, Cepeda Peraza, Alvarado y Carrillo Puerto, hasta todos aquellos activistas, periodistas y comunicadores, incluyendo a los jornaleros que recientemente entregaron su vida en favor de una información veraz.

Para quienes creemos en el futuro de la humanidad, cada vez que nace un ser humano, y que nos toca palpar de cerca el insondable misterio de la vida (¡Bienvenido Samuel!), renovamos nuestro gozo de vivir. De la misma manera, cada vez que surja un medio como [i]La Jornada Maya[/i], estaremos renovando nuestra esperanza en un mundo mejor y bien informado.

¡Felicidades al equipo de [i]La Jornada Maya[/i] en su segundo aniversario, por este invaluable acierto de existir!

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