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Eduardo Lliteras Sentíes
Foto: Ap
La Jornada Maya

Mérida, Yucatán
Lunes 22 de mayo, 2017

Para el poderoso imperio de Samsung, las cosas no podrían ser peores ... o mejores, decía la revista [i]Forbes[/i] en un artículo publicado en el presente mes. Peores, porque Lee Kun-Hee, el sudcoreano más rico, tercer hijo del fundador del corporativo, Lee Byung Chut, quien renunció en abril de 2008 debido a un escándalo de fondos, se encuentra hospitalizado desde hace tres años. Mientras su único hijo, Jay Y. Lee, de 48 años, hasta hace poco director del grupo, está en la cárcel por acusaciones de soborno y malversación de fondos.

Por otro lado, [i]Forbes[/i] afirma que las cosas podrían no ser mejores para Samsung Electronics, pues su beneficio operativo estimado en el primer trimestre es de 8 mil 700 millones de dólares, 48 por ciento más que el año anterior. Además, sus acciones han aumentado 60 por ciento en el último año, y el mes pasado presentó el Galaxy S8.

Las investigaciones por el escándalo que involucra a Jay Y. Lee aún continúan. El presidente de Samsung es acusado de proporcionar decenas de millones de dólares para beneficiar a una amiga y confidente de la ex presidente sudcoreana Park Geun-Hye, a cambio de la aprobación de una fusión entre dos de sus filiales.

Entre las pruebas con que los fiscales cuentan está un correo electrónico que indica que Choi Soon-Sil recibió fondos de Samsung. Choi es confidente de la ex presidente Park.

El proceso contra el presidente de Samsung formaba parte de las denuncias contra Park Geun-Hye, por extorsionar a más de 50 grandes empresas sudcoreanas para que donaran unos 62 millones de euros a dos organizaciones dirigidas por Choi Soon-Sil.

El Tribunal Constitucional de Corea del Sur, tras multitudinarias manifestaciones ciudadanas de repudio en Seúl y otras ciudades, destituyó a Geun-Hye de su cargo en el mes de marzo; se le acusó de ser cómplice en el mayor escándalo de corrupción y tráfico de influencias que ha conocido ese país asiático convirtiéndola en la primera máxima dirigente sudcoreana en enfrentar dicha pena. En las marchas, que llamaron la atención del planeta, se exigió su renuncia, lo que evidenció que la corrupción no es un asunto menor para la sociedad de ese país asiático, y que sus ciudadanos no están dispuestos a tolerarla en ningún nivel.

Dicho mensaje contundente cimbró a Corea del Sur, pero también a las empresas involucradas, las que todavía están en el ojo del huracán por su complicidad en este histórico caso de corrupción al máximo nivel. Un ejemplo que bien podría ser tomado en cuenta en nuestro país, por cierto, sumido en una profundísima crisis de violencia e impunidad.

Sin embargo, el nombre de Samsung aparecerá, curiosamente, en el flamante Centro de Convenciones que actualmente construye el gobierno del estado en Mérida, con la frase en inglés “Powered by Samsung”.

Según el anuncio oficial realizado al son de fanfarrias por el inicio de la Semana de Yucatán en la Ciudad de México, el gobierno de Rolando Zapata firmó un convenio “con Samsung mediante el cual esta empresa transferirá tecnología, [i]branding[/i] y soporte de promoción” al Centro de Convenciones en construcción en Mérida. Eso sí, no se explicó cuánto costará dicha alianza, ni se dieron detalles de los acuerdos por los cuales se contará con la leyenda “Powered by Samsung” en el edificio.

Samsung curiosamente aparece también en numerosas campañas del gobierno federal, lo que abre ulteriores interrogantes sobre esta empresa y sus relaciones con el gobierno mexicano.

Colocar el logo de un empresa, cuyos directivos al máximo nivel estuvieron involucrados en casos graves de corrupción que llevaron a la destitución de un mandatario –además del escándalo del peligroso Note 7- en el Centro de Convenciones de Yucatán, ¿no es un grave error? ¿O un mensaje que puede ser malinterpretado en el sentido de que la corrupción, en Yucatán, no nos importa?

[i]Mérida, Yucatán[/i]

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