de

del

Eduardo del Buey
Foto: Francisco Olvera
La Jornada Maya

Martes 28 de marzo, 2017


En la reciente presentación de mi libro [i]Comunicología audaz[/i] en la Feria Internacional de Lectura Yucatán (Filey), un miembro del público me preguntó en dónde entra la lógica en un mundo donde mentir es la norma y en el que la gente no se toma el tiempo para investigar lo que es verdad y lo que no entre el ruido de las redes sociales.

Esta es una pregunta fundamental en nuestro mundo [i]hiperconectado[/i].

El hecho de que un artículo aparezca en línea una y otra vez le otorga un grado de credibilidad. De hecho, Vladimir Lenin alguna vez dijo que una mentira repetida lo suficiente se convierte en verdad. En el mundo interconectado de hoy, las palabras del ex primer ministro de Gran Bretaña, James Callaghan, suenan aún más ciertas. En específico, que “una mentira da media vuelta al mundo cuando la verdad apenas se ha puesto sus botas”.

La velocidad del reportaje y su constante repetición en los medios de comunicación resultan en muchas falsedades convertidas en ”realidades”. En vez de señalar las mentiras y ridiculizar a su líder, muchos periodistas meditan sobre lo que él o ella podrían decir después y usan estas falsas afirmaciones como entretenimiento.

La mayoría de la gente no investiga lo que lee en línea y ello está generando votantes poco informados en todas partes. Mientras que los políticos han mentido al electorado a lo largo de la historia, y en muchos casos los medios los han ayudado, el problema es mucho más agudo que nunca ahora que los medios alcanzan a millones o decenas de millones y los sitios de redes sociales no desenmascaran las mentiras.

En este escenario, los candidatos políticos y electos tienen tres opciones: decirle a las personas la verdad, decirles lo que quieren escuchar, o mentir.

En mis actividades profesionales, a mis estudiantes y clientes les digo que siempre deben ser honestos en sus mensajes, ya que la honestidad es la única moneda que tienen en el largo plazo.

De cualquier forma, de muchas maneras, para muchos políticos esta lección se pierde en su camino hacia el poder. Es más fácil o más efectivo para ellos decirle a la gente lo que quiere escuchar que decir la verdad.

Las elecciones recientes en los Estados Unidos y en el resto del mundo han mostrado que mucha gente continuará creyendo mentiras a pesar ya haber sido mostrada la verdad. No hay cantidad alguna de verdad que motive a esta gente porque a) nunca aceptarán el hecho de que están equivocados o b) nunca aceptarán que el hecho de que su bienestar económico depende de su propio esfuerzo y habilidad de adaptarse al cambio. De hecho, la mayoría preferirá ver que es más fácil culpar los otros y no observarse a sí mismos.

En las elecciones estadunidenses más recientes vimos una base de 28 por ciento de electores que votaron por Trump. Un 43 por ciento de electores no votó y otro 29 por ciento lo hizo por Clinton. Esto significa que el 28 por ciento que sufragó por Trump está en la minoría. Aún así, aquellos que creyeron en sus mentiras constantes lo eligieron como presidente debido al sistema del Colegio Electoral.

Esto me lleva a concluir que la única forma de tratar con líderes políticos que mienten constantemente es con políticos honestos que saquen sus votos contra ellos. En el 2016, Trump no se enfrentó con una política completamente honesta con Hilary Clinton, y esto llevó a muchos votantes a preferir quedarse en sus casas y no votar.

Los partidos políticos deben desarrollar y examinar correctamente y promover candidatos viables que posean carisma y credibilidad.

Deben seleccionar líderes que vengan a la campaña sin bagaje personal, que tengan la reputación de decir la verdad y que inspiren y galvanicen a los cínicos votantes que se quedaron en sus casas para salir y votar.

Los medios deben parar de darle plataforma a los mentirosos que esparcen sus mentiras repetidamente.

Como Carl Bernstein (de Watergate) alguna vez dijo:“Creo que todo el buen reportaje es lo mismo –la mejor versión alcanzable de la verdad”.

La mejor versión alcanzable de la verdad.

Para los periodistas que dicen ser profesionales, esto debe ser su fin último. No el entretenimiento o el amarillismo para vender más, sino la verdad para que los ciudadanos lleguen a sus propias conclusiones y asuman responsabilidad por sus propias actitudes.

Por último, el voto público debe desarrollar suficientemente bien su autoestima para entender los límites de lo que los líderes políticos pueden cambiar y lo que ellos mismos deben cambiar para obtener un mejor futuro.

Sin esto, continuaremos el descenso a un mundo en donde las reglas de la mendacidad y el mendaz gobiernen por completo.

[b][email protected][/b]


Lo más reciente

Con 258 votos a favor, diputados aprueban reforma a Ley de Amnistía

El pleno inició la discusión de 71 reservas, aunque 22 serán enviadas al Diario de los Debates

La Jornada

Con 258 votos a favor, diputados aprueban reforma a Ley de Amnistía

Acusan en Texas a más de 140 migrantes por intento de ingreso masivo a EU

No se reportaron heridos durante la supuesta entrada del 12 de abril en El Paso

Ap

Acusan en Texas a más de 140 migrantes por intento de ingreso masivo a EU

Vila a la campaña, primera llamada

Editorial

La Jornada Maya

Vila a la campaña, primera llamada

Los ''jueces del mundo'', sin calidad moral

La Resaca 2.0

Normando Medina Castro

Los ''jueces del mundo'', sin calidad moral