Realidad mata discurso

Joana Maldonado
Foto: Rodrigo Díaz Guzmán
La Jornada Maya

Lunes 13 de marzo, 2017

Una mujer de 36 años fue encontrada sin vida, en la Región 247, en el domicilio de su supuesta pareja; se determino? el fallecimiento por estrangulamiento; cuatro mujeres sexoservidoras murieron quemadas en la Supermanzana 67, al ser rociadas con gasolina en una casa de citas clandestina; otro homicidio de una mujer de 19 años, embarazada de 8 meses, quien falleció como consecuencia de fuertes golpes; una estudiante de 19 años fue encontrada sin vida en la vía pública, con golpes, heridas punzocortantes y signos de violación, falleció a causa de un fuerte impacto en la cara con una piedra.

Es sólo parte de un informe de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim), de homicidios cometidos en el 2015, ninguno de ellos clasificado como feminicidio, por la entonces Procuraduría General de Justicia del estado, que omitió el protocolo preliminar para investigar el delito de feminicidio en los casos de muertes violentas, elaborado por Naciones Unidas.

Las autoridades han hecho caso omiso de los cientos de actos de violencia feminicida, incluidos abusos sexuales a menores de 29 años que representan el 100 por ciento de los casos, la trata de blancas y las redes de pederastas.

En Quintana Roo, un día como cualquier otro, te despiertas hastiada de que el discurso de género y de la lucha contra la violencia no vaya más allá de los documentos, de los falsos reconocimientos y de las palabras de los políticos y gobernantes cada 8 de marzo y 25 de noviembre; lo único que cabe es la frustración.

Tristemente te das cuenta de que no, que en realidad a las autoridades, incluyendo mujeres, les gusta hablar. Es una horrorosa verdad saber que si no llegas con golpes o medio muerta, todas las demás formas de violencia como la sicológica o patrimonial, que afectan igual o en mayor medida, no procederán legalmente, no hallarán culpables, porque el poder se ciega ante lo invisible aún cuando duele; lo peor es que todavía llegando muerta, tampoco se hará justicia.

El discurso subversivo que expresó la directora general de patentes de la Secretaría de Finanzas y Planeación, Layla Flores Terrazas, durante la entrega de los galardones [i]Mujer Quintanarroense destacada[/i], el pasado Día de la Mujer, retumbó con fuerza en los oídos de quienes un día nos gobernaron, que promovieron la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de violencia, que ha fungido como letra muerta y que además ejercieron su poder haciendo uso de la violencia de género.

Un ex gobernador, un senador, un ex fiscal y todo grupo de personas que interviene para ocultar o archivar decenas y decenas de expedientes que no sirven porque no hubo golpes, por así convenir o por proteger a otros hombres, la mayoría parejas o ex parejas sentimentales envueltos en el [i]influyentismo.[/i]

Decenas y decenas de expedientes en el [i]limbo[/i], para “no afectar la imagen turística del estado”.

Hay que reconocer la empatía y la libre expresión que hubo durante el evento en donde se galardonó a un grupo de mujeres por parte del gobernador, Carlos Joaquín González; mientras que en el pasado, lo que más pesaba eran las palabras aduladoras al gobernante en turno, [i]reconocer[/i], [i]aplaudir[/i] porque teníamos una ley y porque “avanzaba hacia la igualdad”, aunque en materia de violencia, las cifras mostraban un escenario contrario.

Hay muchas expectativas en relación al tema de género en la presente administración, y es urgente un cambio de paradigmas, y sobre todo de prácticas, tanto en la Fiscalía General y en las instituciones como el Instituto Quintanarroense de la Mujer.

La realidad es realmente dolorosa cuando desafortunadamente tienes que enfrentar una situación de violencia, en un estado corrupto que no garantiza justicia al sector femenino.

Chetumal, Quintana Roo